La Rosa ya no será La Rosa. Su dueño, Juan Cabrera (conocido como el Indio Blanco), pretende convertir el cabaret clausurado en un bar donde se sirvan comidas rápidas.

Aunque está procesado por facilitamiento de la prostitución, Cabrera “no tienen ningún impedimento legal” para encarar el nuevo emprendimiento comercial, según dijo al programa Radiópolis, de Radio 2, su abogado, Paul Krupnick.

“Está investigado en esta causa y procesado, pero no tiene prohibición para ejercer el comercio”, remarcó.

Y dijo que esto muestra claramente que Cabrera “entendió el mensaje” de la Justicia, que quiere actuar dentro del margen de la ley y que “pasó por una experiencia que no quiere volevr a repetir en su vida”.

“No quería más conflicto con la ley penal y empezó a pensar cómo darle un giro a su actividad”, abundó.

Y explicó que él mantuvo negocio habilitado durante mucho tiempo, pero que después cambió el marco legal. “En este cuadro de situación o continúa lo que hacía desde la clandestinidad como lo hace muchísima gente o se reinventa”, sostuvo el abogado. El bar de comidas rápidas sería la reinvención del Indio.