El papa Francisco aceptó este martes la renuncia del obispo de Kansas, Estados Unidos, Robert Finn, tres años después de ser condenado por ocultar un posible caso de pederastía por parte de un sacerdote de su diócesis.

Según informó Télam, el obispo Finn era investigado por el Vaticano por ocultar pruebas de abusos de niños. Fue declarado culpable hace tres años en tribunales civiles estadounidenses a dos años de libertad condicional por encubrir durante más de seis meses al reverendo Shawn Ratigan, a quien se le halló material de pornografía infantil.

Fue el primer caso en el que el primer prelado de la Iglesia Católica de Estados Unidos en ser declarado culpable en un escándalo sexual y posteriormente se declaró dispuesto a colabroar en el proceso contra Ratingan.

El Vaticano anunció la renuncia basada en el canon 401, párrafo 2, del Código Canónico, que obliga a los prelados a renunciar de su cargo en caso de “faltas graves o enfermedad” y el Papa debe entonces aceptarla o no, según apuntó un despacho de la agencia de noticias EFE.