Tras su gira por Cuba y Estados Unidos, el papa Francisco –como ya se convirtió en costumbre–, aprovechó las horas de vuelo de regreso a Roma para hablar con la prensa. La crisis migratoria y los embarazos inesperados fueron algunos de los temas que abordó el pontífice argentino.

Según publicó La Nación, Francisco negó de manera terminante que haya habilitado el “divorcio católico” y ratificó que el matrimonio, como sacramento "es indisoluble". Sin embargo, señaló que se pueden dar anulaciones.

“Los procesos legales son para probar que eso que parecía sacramento no lo era, por falta de libertad, por ejemplo, por falta de madurez, enfermedad mental. Son muchos los motivos. Un ejemplo, que ahora no es común, pero en ciertos sectores de la sociedad era común, en Buenos Aires: los matrimonios cuando la novia quedaba embarazada y tenía que casarse. Yo aconsejaba, casi prohibía, hacer el matrimonio en estas condiciones. Nosotros los llamamos los matrimonios de apuro...”, recordó.

Por otro lado, también se refirió este lunes a la ola de refugiados que llega a Europa y dijo que "los muros no son la solución". La declaración la realizó ante la prensa en el avión que lo llevó de regreso a Roma. Además, abogó por la vía del diálogo para poder superar la que consideró una crisis "nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial".

Francisco manifestó que la crisis migratoria es el resultado de un "proceso largo, de años". "Las guerras de las que aquella gente huye son guerras de años", agregó.

Recordó que el hambre que sufren los países de los que proceden los refugiados "es hambre de años" y aludió a África, "el continente explotado" y las guerras que surgen en ese continente, de las que señaló que "tienen detrás intereses económicos".

"Yo pienso que antes de explotar un continente, un país, una guerra, se podrían hacer inversiones" con el fin de que sus habitantes pudieran conseguir trabajo, indicó.