Tras el sobreseimiento a las dos parejas imputadas por el supuesto robo de los mellizos de Liliana Montenegro, el intendente de Zavalla, José Mujica se mostró satisfecho. Fue allí donde la historia comenzó, cinco meses atrás cuando el jefe comunal denunció a Montenegro por primera vez al sospechar que mentía sobre su embarazo para conseguir una ayuda habitacional. Lamentó la mancha que dejó la condena social a los primeros implicados.

En diálogo con A Diario, el programa que conduce Alberto Lotuf por Radio 2, Mujica recordó cómo se desató la causa, llena de contradicciones. El 18 de julio a la mañana, precisó, acusó formalmente a Montenegro de haber inventado su preñez. Para la tarde, añadió, la supuesta mamá de Aurora y Valentín, ya sostenía que sus hijos le fueron robados tras el parto.

Sin embargo, recordó, antes había dicho que nacieron muertos en el policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria.

“Sabíamos que era una mentira porque no había ningún registro en el Baigorria”, apuntó y reconoció que él también, como jefe de Zavalla, fue “engañado”.

La directora del Samco le había advertido –contó– sobre una mujer que cursaba una gestación gemelar de alto riesgo, viviendo en una situación extremadamente precaria. Creyó, admitió, esa historia y como en otros casos, aprobó que se le contruyera con los recursos de la comuna una pequeña habitación al lado de su casa.

Para Mujica este caso, que a su entender ha dejado lamentablmente “daños irreparables” para los involucrados, debe servir ahora como llamado de atención a médicos y periodistas, a los primeros por haber dispensado un certificado de embarazo que no se sustentaba en análisis alguno, a los segundos por el manejo de la información. Así, destacó que ninguna de las dos juntas médicas a las que se sometió Montenegro confirmaron, más allá de toda duda, que la mujer haya estado embarazada.