El líder de la banda narco desbaratada el último fin de semana en Rosario ya había sido detenido dos veces en los últimos años, según precisó el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, quien por ese motivo lanzó una fuerte crítica a la Justicia federal. También dio detalles del procedimiento coordinado con la provincia, que permitió el arresto de 13 personas y el secuestro de importantes cargamentos de droga en la zona y también en Salta.

La organización delictiva, a la que se relaciona a Thierry Polus, un famoso narco francés detenido en la Argentina, estaba encabezada por un hombre que ya había caído en 2003 por intentar enviar estupefacientes al exterior y también en 2009, acusado de abastecer a quiscos de venta.

“La pregunta es qué hacía este personaje libre, y nuevamente en la actividad del narcotráfico. Éstas son las materias pendientes cuando hablamos de narcocriminalidad”, planteó Berni desde la base de Gendarmería en la ciudad, donde se reunió con el ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto.

En ese sentido, amplió su crítica al decir que “el sistema judicial no está trabajando como tiene que trabajar” pero no habló de “incompetencia” puntualmente, sino de una falta de personal que atenta contra el normal desarrollo de diferentes causas.

Se quejó que actualmente trabaja, en el ámbito de los juzgados federales, “la misma cantidad de personas que en 1980” y agregó: “Así, por más que investiguemos, y hagamos este esfuerzo inconmensurable con la provincia, si no tenemos las herramientas pero sobre todo los recursos humanos para los juzgados, éstos son los resultados”.

 Megaoperativo

Entre el jueves y el sábado últimos, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y Gendarmería realizaron numerosos operativos en Rosario y en Salta. En la ciudad, incautaron un vehículo con 49 kilos de cocaína y en la provincia del norte, otro con 53. También detuvieron a 13 personas que contarían con la complicidad de la Policía de Santa Fe.

Sin embargo, fue clave el trabajo de investigación de la propia fuerza santafesina para derivar en los resultados obtenidos el fin de semana largo. “Fue un operativo en conjunto a partir de un dato que nos dio el Ministerio de Seguridad de la provincia para iniciar la investigación”, destacó Berni, y también resaltó la labor del fiscal de la causa, Mario Gambacorta.

A nivel local intervino, principalmente, la Brigada de Narcocriminalidad dependiente de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (DGPCA), dentro de la Secretaría de Delitos Complejos. Cruzó datos con las fuerzas federales en una investigación que se inició en junio pasado.

Sobre el cabecilla que cayó el fin de semana, se trata de “un narcodelincuente que se sabía que operaba en la zona de Rosario” y del que se fueron reuniendo “pruebas para demostrar que era un importante distribuidor” en la región, informó Berni.

Dijo que la banda “no tenía cocina acá” pero recibía la cocaína, en este caso desde el norte del país, en estado de máxima pureza y se le realizaban procesos secundarios para luego fraccionarla y venderla.

Sobre el doble cargamento incautado, el secretario nacional reveló que fue producto de “muchas horas de seguimiento y análisis de cámaras de seguridad”, entre otras tareas que permitieron establecer que “la droga iba a llegar desde el norte a Rosario el fin de semana”.

“Desde un comienzo estuvimos comunicados permanentemente con el ministro Lamberto”, señaló Berni, y aventuró que además de los 13 narcos que cayeron hasta ahora, “seguramente habrá otras detenciones importantes”.

En Rosario, 25 allanamientos

Por su parte, el fiscal Gambacorta detalló en un contacto con la prensa que fueron 25 los allanamientos realizados en los últimos días en Rosario y otros cinco en Salta.

En total se secuestró, además de los más de 100 kilos de droga, cinco vehículos, tres computadoras, dos balanzas, una prensa y solventes, además de armas de fuego: cinco pistolas, un revólver y una escopeta.

Se reveló además que los panes de cocaína retenida en Rosario se encontraban embalados de distintas maneras, algunos de ellos envueltos en coloridos globos de piñata, un artilugio para evitar que sean captados por perros adiestrados.