Activar o poner freno a nuestro sistema inmunológico para que luche contra las células malignas y el diseño de moléculas que actúen contra dianas terapéuticas son los tratamientos estrella contra la leucemia, linfoma y miéloma que pueden marcar "el principio del fin" de los cánceres de la sangre.

Esta es la visión del presidente de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), José María Moraleda, en una entrevista con motivo de la reunión de la Sociedad Americana de Hematología (en inglés, ASH), en la que él participa, y que desde este 5 al 8 de diciembre reunió en Orlando (Florida, Estados Unidos) a más de 20.000 especialistas mundiales. Moraleda asegura que "con estos nuevos tratamientos me atrevería a decir que antes de 2020 habremos dado un salto inolvidable en la curación de estas enfermedades oncohematológicas".

En esta cita mundial se presentan más de 5.000 estudios y ponencias que pondrán sobre la mesa los principales avances contra las enfermedades de la sangre y el sistema linfático, un intercambio científico sobre cáncer, trasplantes, anemias, trombosis, hemofilia o nuevos anticoagulantes, entre otros muchos aspectos de esta especialidad de la Medicina. La lucha contra el cáncer será asunto prioritario.

Las enfermedades oncohematológicas ocupan el primer lugar en los tipos de cáncer en la población infantil y el quinto en el caso de los adultos. Unos tipos de cáncer que años atrás tenían una tasa de supervivencia muy baja. Ahora, el 90% de los niños con leucemia linfoblástica infantil se cura o el 50% de los pacientes de leucemia aguda mieloide.

En lo que respecta a los linfomas, las perspectivas son también muy favorables. Actualmente se curan más del 70% de los linfomas de Hodgkin. En los más de 30 subtipos de Linfomas no Hodgkin que hoy conocemos la curación supera el 50%. En el mieloma múltiple, se ha pasado de una mediana supervivencia de 3 años a 8 y hasta un 20% de los pacientes pueden ser curados.

Avances pioneros en enfermedades oncohematológicas

"La avanzadilla en el tratamiento de la enfermedades oncológicas fue, precisamente, en las oncohematológicas. El primer cáncer en el que se encontró un trasfondo genético fue en la leucemia mieloide crónica y se pudo diseñar una molécula dirigida hacia una diana molecular", ha manifestado el presidente de la SEHH. Una medicina personalizada basada en nuevos fármacos biológicos y anticuerpos monoclonales para leucemia, linfoma y mieloma, algunos ya de tercera generación, que "nos permitirá bloquear y destruir las moléculas diana, clave para la supervivencia o resistencia de las células malignas como un tratamiento eficaz, dirigido y con menos efectos secundarios que puede suponer el principio del fin del cáncer".

En las sesiones científicas de la reunión de la ASH, también destacará la inmunoterapia o manipulación del sistema inmunológico para que luche contra el cáncer. Los trasplantes de médula ósea de un donante sano sirven para eliminar las células malignas o defectuosas de la médula ósea y, al mismo tiempo, aportar células madre hematopoyéticas del donante para producir glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, y las células del sistema inmune sano del donante.

"El trasplante es muy eficaz, pero no deja de ser complejo y tóxico. Ahora con las nuevas modalidades de trasplante, que veremos en Orlando, hay mucha menos toxicidad y podemos trasplantar en pacientes de más de 70 años, lo que hasta hace poco solo se podía ofrecer a personas jóvenes. Y eso es muy importante porque la mayoría de las neoplasias hematológicas se dan en pacientes de más de 60 años", ha indicado el doctor. Pero la inmunoterapia moderna va más allá y la sofisticación de la tecnología permite, en el laboratorio, fabricar células del sistema inmune, artificiales, modificadas genéticamente para que reconozcan una señal en la superficie de la célula tumoral y la destruya. Son las llamadas CAR-T cells o células T con receptores antigénicos quiméricos.