Un equipo de científicos del Instituto de Investigación Infantil de la Universidad de Texas Southwestern (CRI), en Estados Unidos, ha hecho un descubrimiento que sugiere que las células cancerosas se benefician más de los antioxidantes que las células normales, aumentando las preocupaciones sobre el uso de antioxidantes en la dieta de los pacientes con cáncer, como se detalla en un artículo sobre su trabajo publicado en la edición digital de este miércoles de 'Nature'.

Los estudios se realizaron en ratones especializados que habían sido trasplantados con células de melanoma de pacientes y trabajos anteriores habían demostrado que la metástasis de células de melanoma humano en estos ratones es predictiva de sus metástasis en los pacientes. La metástasis, el proceso por el cual las células cancerosas se difunden desde su sitio primario a otras partes del cuerpo, conduce a la muerte de la mayoría de los pacientes con cáncer.

El equipo de CRI halló que cuando se administraron antioxidantes a los ratones, el cáncer se extendió más rápidamente que en los roedores que no recibieron antioxidantes. Durante mucho tiempo, se ha sabido que la propagación de las células cancerosas de una parte del cuerpo a otra es un proceso ineficiente en el que la gran mayoría de las células cancerosas que entran en la sangre no sobreviven.

"Hemos descubierto que las células del melanoma metastásicas experimentan altos niveles de estrés oxidativo, lo que conduce a la muerte de la mayoría de las células de metástasis", señala el doctor Sean Morrison, director del CRI. "La administración de antioxidantes a los ratones permitió que más células de melanoma metastático sobrevivieran, aumentando la carga de enfermedad metastásica", añade.

"La idea de que los antioxidantes son buenos ha sido tan fuerte que ha habido ensayos clínicos realizados en pacientes con cáncer a los que se les administran antioxidantes", agrega Morrison, experto también del Instituto Médico Howard Hughes. "Algunos de estos ensayos tuvieron que detenerse debido a que los pacientes que recibieron los antioxidantes estaban muriendo más rápido. Nuestros datos sugieren que la razón de esto: las células de cáncer se benefician más de los antioxidantes que las células normales".

Las personas sanas que no tienen cáncer pueden beneficiarse mucho de los antioxidantes, que pueden ayudar a reducir el daño de las moléculas oxidantes altamente reactivas generados por el metabolismo normal. Aunque los resultados del trabajo aún no se han probado en las personas, plantean la posibilidad de que el cáncer se debe tratar con pro-oxidantes y que los pacientes con cáncer no debe complementar su dieta con grandes dosis de antioxidantes.

"Este hallazgo también abre la posibilidad de que en el tratamiento de cáncer, se compruebe si el aumento de estrés oxidativo mediante el uso de pro-oxidantes podría evitar la metástasis —afirma Morrison—. Un enfoque potencial es apuntar a la vía folato que las células de melanoma utilizan para sobrevivir el estrés oxidativo, lo que aumentaría el nivel de estrés oxidativo en las células cancerosas".