Después de una breve pero tensa sesión, el gobierno griego consiguió aprobar en el Parlamento el duro acuerdo y ajuste que el primer ministro Alexis Tsipras firmó con sus acreedores de la eurozona, gracias al apoyo de las bancadas de oposición de centro y de derecha. Mientras se realizaba el debate de los recortes hubo incidentes en la simbólica plaza Syntagma sonde manifestantes chocaron con la Policía.

Treinta y nueve de los 149 diputados de Syriza, la coalición gobernante, los comunistas del KKE y los neonazis de Amanecer Dorado votaron en contra del acuerdo, mientras que el socio minoritario del gobierno, los derechistas Griegos Independientes, y los partidos de oposición Nueva Democracia, Potami y el socialdemócrata Pasok apoyaron las reformas, según informó el canal de noticias local Skai TV. Mientras, en la simbólica plaza Syntagma explotaban bombas molotov y el aire se llenaba de gas lacrimógeno.

Miles de personas se manifestaron en el centro de Atenas para protestar contra el paquete de medidas acordado entre el gobierno griego y los acreedores y hubo incidentes.

En la manifestación de unas 12.000 personas opuestas al acuerdo, varias docenas de jóvenes con cascos y enmascarados se enfrentaron con la policía arrojando proyectiles y cócteles molotov, a lo que las fuerzas del orden respondieron con gases lacrimógenos.

La Policía indicó a EFE que, hasta esta tarde, se registraron 35 arrestos y que es posible que, contra gran parte de los detenidos, se presenten cargos. El servicio de ambulancias informó de que hubo un herido leve que no quiso ser trasladado al hospital.

Los manifestantes provocaron daños en cajeros automáticos y vidrieras, e incendiaron dos vehículos, uno en Syntagma y otro, una unidad móvil de televisión, frente a los jardines nacionales, situados junto a la plaza.

Debido a los enfrentamientos fueron cortadas todas las calles adyacentes a la plaza del Parlamento.

El polémico acuerdo

El ministro de Finanzas, Euclides Tsakalotos, en el Parlamento. (Fuente: EFE).

Tsipras aceptó un tercer programa de ayuda europeo aún más neoliberal que el rechazado por el 61% de sus compatriotas en un referéndum hace sólo una semana, que le garantizará 86.000 millones de euros en los próximos tres años y el "compromiso" de discutir una reestructuración de la deuda griega, que ya supera el 180% del PBI nacional, informó Télam. 

A cambio de una nueva inyección de dinero que permita recapitalizar los bancos griegos, poner fin al corralito y pagar los cercanos vencimientos de deuda con los acreedores europeos y cumplir con la cuota atrasada del FMI, Tsipras aceptó un fuerte aumento del IVA, un recorte de las jubilaciones, una reforma del mercado laboral y del Código Civil y un descarnado e inédito proceso de privatizaciones.

“Era aceptar el acuerdo, la quiebra o la salida de la euro”

Tsipras, afirmó que tenía tres opciones en la negociación con los socios, aceptar el acuerdo actual, una quiebra desordenada del país o su salida de la eurozona.

"Las opciones específicas que tenía frente a mí eran: uno, aceptar un acuerdo con el que estoy en desacuerdo; la segunda, la quiebra desordenada, y teníamos una tercera opción, el 'grexit' (salida de Grecia del euro) consensuado de Schäuble", dijo Tsipras en el Parlamento.

En su intervención, previa a la votación sobre las reformas acordadas con los socios, de la que depende el inicio de las negociaciones sobre el tercer rescate, Tsipras recalcó que será el "último" en eludir sus "responsabilidades" y también "el último que facilitará la caída de un gobierno de izquierdas".

Recalcó que no cree en el acuerdo firmado este lunes en el Consejo Europeo, pero aseguró que el gobierno se ve "obligado a ponerlo en práctica".

Señaló que su gobierno puede hacer "mucho" para "rectificar las injusticias" y añadió que luchará hasta el final y que espera el respaldo del grupo parlamentario de Syriza en su mayoría.

"Yo no haría un favor a nuestros rivales para convertirse en un pequeño paréntesis en el tiempo", dijo en alusión a declaraciones del conservador Nueva Democracia, que dijo que el gobierno izquierdista sería un paréntesis en la historia.

El jefe del Gobierno heleno recalcó que ha logrado "la promesa" de que "a partir del otoño habrá una negociación sobre la reestructuración de la deuda para después de 2022" y aseguró que los socios europeos "por primera vez examinan la reestructuración".

Dijo que era necesario evitar la salida del euro para que haya inversiones en Grecia, sin las cuales "sabemos que no hay posibilidad de crecimiento".

"Nuestro Gobierno hará todo lo que pueda en contra de la evasión fiscal y la corrupción y al mismo tiempo, intentará suavizar las consecuencias nefastas" del acuerdo, aseguró Tsipras, que agregó que el "mayor adversario" del Ejecutivo está en el interior del país y son las "las fuerzas de la oligarquía" que han actuado estos años bajo la connivencia de los gobiernos anteriores.

El primer ministro aseguró que no intentará "embellecer la situación como hicieron mis predecesores. Quiero decir que a pesar de las dificultades habrá muchas cosas a favor de los más pobres".

Tsipras afirmó que su Gobierno podrá mantenerse en pie, porque, dijo "los gobiernos caen cuando pierden el apoyo de la sociedad y del Parlamento" y aseguró que ese no es su caso.