Los vecinos del barrio 7 de Septiembre, en el extremo noroeste de Rosario, no pueden creer lo que sucede allí. La subcomisaría 21, que está ubicada en Ayala Gauna al 7900 y tiene jurisdicción sobre 35 mil personas, cierra sus puertas a la noche y los efectivos traban la puerta con una batería de auto porque ni siquiera tiene picaporte. “Nos cuidamos entre nosotros”, aseguró uno de los habitantes del lugar, que este lunes fueron al Concejo Municipal para pedir protección ante los constantes hechos de inseguridad.

“Venimos a pedir que nos escuchen y que nos brinden soluciones porque estamos desprotegidos”, dijo uno de los vecinos al periodista Ariel Borderi, en el móvil de Radio 2. “La comisaría cierra de noche y los vecinos nos tenemos que cuidar entre nosotros”, agregó de manera sorprendente.

“Cuando alguien tiene que salir de madrugada para ir a trabajar, lo hace acompañado de familiares o de otra gente del barrio para tratar de evitar que les roben”, describió uno de los hombres que llegó hasta el edificio municipal para pedir protección.

Pero eso no es todo en este insólito relato: los vecinos contaron que, cuando cae el sol, los policías traban la puerta de la seccional con una batería de auto porque ni siquiera tiene picaporte.

La subcomisaría cuenta con 18 uniformados y un solo patrullero. Tiene bajo su jurisdicción a 35 mil personas.