No es recomendable entrenar tras haber consumido alcohol. Un reportaje de la revista Time comunicado en el portal 20minutos.es da las claves de por qué no se deben combinar ambos hábitos. 

John Hawley, investigador de la Australian Catholic University, revela que el alcohol perjudica la síntesis de las proteínas que aumentan el tamaño muscular y la reparación de los músculos. Este efecto se produce tanto si se bebe antes como si se bebe después. Pero hay más motivos.

Matthew Barnes, de la Massey University de Nueva Zelanda publicó un estudio en el que revela que el alcohol puede limitar la capacidad de los músculos de absorber la glucosa, la sustancia que proporciona energía. Por otro lado, se pierden menos calorías. Además de estos efectos en el organismo, el consumo de alcohol deteriora las habilidades motoras e incluso podría ser peligroso con el uso de maquinaria deportiva, como por ejemplo el uso de pesas.