Azúcar y sacarina, dos productos ampliamente utilizados para aportar dulzor a alimentos y bebidas, tienen defensores y detractores por sus efectos sobre la salud, aunque los expertos sí se ponen de acuerdo en que la clave está en la dosis que se ingiere.

La controversia sobre los beneficios de tomar azúcar o sacarina ha centrado este viernes uno de los debates del congreso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (Seedo), que reúne en Málaga a medio millar de profesionales. En opinión del catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra Miguel Ángel Martínez-González, los edulcorantes pueden ofrecer "una pequeña ayuda" a las personas que quieran perder peso, aunque no les va a "resolver el problema".

Ante el dilema de elegir entre sacarina o azúcar, el experto recomienda la primera por el menor efecto calórico, aunque matiza que si se trata de una persona delgada y deportista, entonces, que le eche azúcar. "El problema no es el azúcar, sino el exceso", ha explicado Martínez-González, quien ha recordado que en los últimos 50 años se ha triplicado en el mundo el consumo de azúcar, un producto que "es muy barato, sabe bien y al que se le puede sacar mucho rendimiento comercial".

Ha apuntado que hay un porcentaje cada vez más importante de la población en el mundo que obtiene entre un 25 y 30 por ciento de las calorías de las bebidas azucaradas. Aunque lo "deseable" sería sustituir estas bebidas por agua, ha indicado que los refrescos light son una alternativa para las personas que quieran dejar de tomar los azucarados.