Desgracia cantada. Así se refirió Luis, un vecino que habita en las inmediaciones del laboratorio Apolo, que este lunes tras sufrir la explosión de una de sus calderas, se derrumbó arrastrando a un taller mecánico y gran parte de una casa. Según señaló, las irregularidades en la planta eran evidentes y por esto, muchos habitantes de la zona habían radicado denuncias. Al igual que otros vecinos, descartó la presencia de muros de contención de las calderas.

En diálogo con el programa Antes de salir (El Tres), Luis, un vecino que habita una casa cuya ventana da a la parte de atrás del laboratorio, indicó: “A eso de las 5 menos cuarto escuchamos un ruido tremendo. Esta era una desgracia cantada, lo estábamos esperando. Me dicen los vecinos que en los últimos 20 años hicieron muchas denuncias porque los ruidos son permanentes y eso a mí me consta, también las vibraciones”.

Consultado por el periodista Daniel Amoroso sobre la existencia de muros de contención de las calderas, respondió: “No vi nunca muros ni obras de sonorización alguna. Nada de nada”, observó y recordó que a finales de diciembre advirtieron con el hombre que sufrió quemaduras por la explosión que emanaba de la caldera un vapor incesante. “Cuando está por reventar abren las válvulas”, le dijo.

En cuanto a las denuncias presentadas contra Apolo, se estiman que son numerosas. Vecinos consultados en el lugar por Daniel Amoroso mostraron un frondoso expediente que consta de presentaciones en relación a los ruidos molestos, a la presencia de camiones constante, entre otros puntos. Incluso, se tomaron pruebas de sonidos en distintos momentos. Al parecer, todas estas acciones quedaron en la nada.

Por su parte, Alberto, otro vecino entrevistado, expresó: “Hace 20 años que vivo acá y todo este tiempo hemos tenido problemas con esta edificación. Nunca vi inspecciones ni obras de contención. No soy técnico pero supongo que las calderas no tenían muros de contención”.