El fantasma que aterroriza a los trabajadores del peaje del acceso a San Lorenzo, abrió el debate sobre las apariciones. ¿Qué son? ¿Almas en pena? ¿Energías de personas vivas? ¿Seres de luz? ¿Demonios? Desde el catolicismo el padre Daniel Siñeriz se inclinó por la primera hipótesis, personas que han muerto de forma repentina o de manera inexplicable, tal vez con mucha violencia, que quedan atrapadas en el plano terrenal. Recordó entonces una vieja práctica de los comechingones para pasar del otro lado sin quedar atrapado en medio.

Consultado por el programa Radiópolis, que conduce Roberto Caferra por Radio 2, Siñeriz explicó que el “alma que vuela” es la que logra abandonar este mundo en paz. Sin embargo, aclaró que hay presencias que vienen a traer mensajes de tranquilidad.

Los comechigones –contó– tenían un ritual que ayudaba al moribundo a irse “saludablemente”.

“Cuando el chamán ya no podía hacer nada por él –relató– lo llevaban al chamiyero, para que lo ayudaran al `buen morir´”.

El chamiyero, se explayó, era una figura que acompañaba al moribundo a saldar sus deudas, a resolver sus temas pendientes y dejarse llevar.