Un trabajador de limpieza utiliza una hidrolavadora sobre la fachada de uno de los once edificios que conforman el Fonavi más grande del país, de calle Grandoli, en la zona sur de Rosario. Pero en el interior, los problemas estructurales abundan: cañerias rotas, humedad, falta de agua y gas, y hasta un ascensor que hace 15 años no funciona y deja aislado a algunos de los vecinos que viven entre los pisos superiores de la mole de diez niveles.

El periodista Juan Pedro Aleart recorrió una de las torres (Isola y Maestros Santafesinos) y presentó el informe en Telenoche (El Tres).

El complejo de edificios fue inaugurado en 1983 y desde entonces no hubo inversiones. Por eso el estado de abandono es manifiesto. La muestra más clara de eso son los palieres de los pisos superiores, donde quedan tirados heladeras y televisores viejos que ya no sirven pero que nadie baja por la ausencia de ascensor.

“¿Y si hay un incendio?”, preguntó el cronista a una de las vecinas que dio su testimonio. “No quiero ni pensarlo”, alcanzó a decir.

El problema de fondo es que la mayoría de los habitantes no tiene escrituras de los inmuebles y por eso no hay un consorcio que se encargue de hacer obras necesarias. El Estado, por ahora, no intervino pero la desidia se convierte en un riesgo para las vidas de las personas. Y eso sí excede a las responsanbilidades de un grupo de inquilinos, como se vio -tarde- en el caso de Salta 2141.