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Gravity del mexicano Alfonso Cuarón se erigió este domingo como la gran ganadora de los Bafta del cine británico con seis premios, incluido el de mejor director, si bien se quedó sin el galardón a la mejor película, que fue para 12 años de esclavitud.

La 67ª edición de los máximos premios del cine británico constituye un antecedente más de cara a la entrega de los premios Oscar, el próximo 2 de marzo.

Gravity, la odisea espacial en 3D de Cuarón, que tenía el mayor número de nominaciones con once, se llevó al final seis estatuillas: mejor director, sonido, música original, efectos especiales, fotografía y mejor película británica.

Por su parte, 12 años de esclavitud, del director británico Steve McQueen,  se llevó dos de los premios más importantes de la noche, el Bafta a la mejor película y al mejor actor, que recayó en su protagonista, Chiwetel Ejiofor, reconocimiento que el candidato Leonardo Di Caprio aplaudió de pie.

La película narra el drama de un músico afroamericano secuestrado en 1841 y destinado como esclavo a las plantaciones de Luisiana, Estados Unidos.

También se coló entre las ganadoras Escándalo americano, cinta que aspira a la máxima cantidad de Oscars. El film se llevó tres galardones, entre ellos al mejor guión original.

Philomena, de Stephen Frears, y Captain Phillips, de Paul Greengrass, se llevaron uno cada una.

La mejor interpretación femenina fue para Cate Blanchett, por su interpretación de una mujer rica que se queda en bancarrota en la película Blue Jasmine de Woody Allen, y dedicó su premio al recientemente fallecido Phillip Seymour Hoffman.

El Bafta a la mejor actriz de reparto recayó en Jennifer Lawrence por su trabajo en Escándalo americano.

La gran sorpresa de la noche fue para el somalí Barkhad Abdi que se llevó el galardón a mejor actor de reparto por su trabajo en Capitán Phillips. El debutante en la gran pantalla se impuso a  Bradley Cooper, Matt Damon y Michael Fassbender en la categoría.

Por su parte, la película italiana La grande belleza, de Paolo Sorrentino, consiguió el Bafta a la mejor película en lengua no inglesa, por delante de La vida de Adele.