El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, afirmó este martes que Grecia no pagará al Fondo Monetario Internacional (FMI) el tramo de 1.600 millones de euros que vencen en la medianoche.

Más temprano, la ministra adjunta de Finanzas griega, Nadia Valavani, había dicho que Grecia no iba a pagarle al FMI salvo que se encuentre una solución de último minuto que permita al gobierno hacer frente a este pago y evitar entrar en estado de "mora".

La ministra dijo en declaraciones a la televisión pública que el pago todavía sería posible si Grecia obtuviese los 1.800 millones de euros de los beneficios de los bonos griegos en 2014 en manos del Banco Central Europeo (BCE).

Valavani insistió que para ello no haría falta un nuevo acuerdo con las instituciones (Comisión Europea, BCE, FMI), porque forma parte del programa de rescate vigente, informó la agencia de noticias EFE.
En términos similares se expresó anoche el primer ministro, Alexis Tsipras, en una entrevista con la televisión pública.

"Pagaremos si hasta entonces (por este martes) logramos un acuerdo sostenible", dijo Tsipras, dejando con ello claro que el desembolso no se producirá.

Grecia tiene hasta las 18:00 hora de Washington (las 19 en Argentina) para efectuar este desembolso que agrupa tres pagos de junio; de lo contrario, entrará en estado de mora de sus deudas frente a este organismo monetario internacional.

Una vez que Grecia no pague este martes, comienza una tramitación que, como recordó Valavani, puede durar un mes hasta que se declare el impago. En ese sentido, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, consideró que un impago al FMI no tendría "grandes consecuencias".

Una vez que se confirme que Grecia no pagó hasta la citada hora, se espera que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, informe al Consejo Ejecutivo del organismo, posiblemente en el mismo día.

Un día crucial para la liquidez de Grecia volverá a ser este miércoles, cuando se espera que el consejo de gobierno del Banco Central Europeo decida si mantiene la línea de créditos de emergencia a la banca helena.

El BCE mantuvo las inyecciones de liquidez para garantizar su solvencia pero no elevó el techo de créditos, de en torno a los 90.000 millones de euros, lo que tras las elevadas salidas de depósitos de las últimas semanas dificultó la situación de las entidades financieras.

Tsipras culpó al Eurogrupo de provocar la decisión del Banco Central Europeo de no elevar los préstamos al no aceptar la solicitud de Grecia de ampliar la prórroga del rescate por unas semanas, con el objetivo de poder celebrar con calma el referéndum del próximo domingo.

Según el primer ministro, esta decisión del BCE habría desencadenado la decisión de imponer restricciones bancarias este lunes.