El jefe del Eurogrupo, el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, recibió la propuesta del Ejecutivo griego, confirmó su portavoz, Michel Reijns, informó la agencia de noticias EFE.

"El presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ya ha recibido las nuevas propuestas griegas", escribió Rejns en Twitter.

Por la misma vía, Rejns destacó que es "importante para las instituciones considerarlas en su evaluación" y que "no se harán más comentarios al respecto hasta que las instituciones hayan terminado su evaluación el 11 de julio su reunión del Eurogrupo".

Aunque su contenido se desconoce por el momento, se espera que estas propuestas partan de las últimas que puso Atenas sobre la mesa a finales de junio y cubran aspectos tan delicados para el Ejecutivo griego como la reforma del IVA o las pensiones.

Grecia confía en que sus nuevas medidas aporten a la eurozona "todas las garantías para un resultado positivo", señaló el portavoz gubernamental heleno, Gavriil Sakelaridis, a la vez que espera que sus socios pongan encima de la mesa una oferta para aliviar su deuda.

Los socios de Grecia esperan que con estas medidas, ya aprobadas por el gobierno de izquierda conducido por el premier Alexis Tsipras, el país dé un paso que permita reconciliar posturas.

La ruptura de la eurozona dejó de ser un tabú

La expiración del segundo rescate a Grecia sin lograr antes un acuerdo después de meses de negociaciones, el hecho de que Atenas no pagó los 1.600 millones de euros que debía abonar al Fondo Monetario Internacional (FMI) antes del 1 de julio y la convocatoria del referéndum celebrado el domingo pasado, propiciado un alejamiento patente entre los socios.

Alemania, pero también países como Estonia y Eslovaquia endurecieron sus posiciones en las últimas semanas, mientras que Francia se mantiene como uno de los más conciliadores y que más apuesta por cerrar un acuerdo con Grecia que asegure su permanencia en el euro.

No obstante, la ruptura de la eurozona dejó de ser un tabú y nadie se atreve a descartaría abiertamente, de modo que el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, reconoció que existe un plan detallado para hacer frente a la eventualidad de la salida de Grecia del euro.

Atenas ya presentó a solicitud de un programa de ayudas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate permanente de la eurozona, que tendría una duración de tres años.

Los próximos pasos

Las nuevas propuestas serán analizadas con el objetivo de que sean discutidas el sábado por la mañana por el Grupo de Trabajo del Euro y después por los ministros de Economí­a y Finanzas de la eurozona, que se reunirán ese día en Bruselas a las 13:00 GMT (a las 10:00 de Argentina).

El domingo, los jefes de Estado y de gobierno de la eurozona están convocados a una cumbre a las 14:00 GMT (a las 11:00 de Argentina), para continuar en una segunda cumbre a Veintiocho (todos los países miembros de la Unión Europea (UE) a las 16:00 GMT (las 13:00 de Argentina), para resolver la cuestión griega.

En paralelo al análisis de las medidas, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) realizan un estudio de la situación de la economía griega dentro del proceso para conceder a Grecia un tercer rescate.

Éste se puso en marcha el miércoles pasado, luego de que Atenas enviara su petición formal para lograr un préstamo de tres años a cargo del MEDE.

Asimismo, la CE y el BCE también analizarán la sostenibilidad de la deuda pública de Grecia, punto en el que participará el FMI.

Las tres instituciones colaboran en uno de los puntos fundamentales en las negociaciones, dado que Grecia mantiene su exigencia de que sus socios le concedan una quita de su deuda pública, mientras que los acreedores mantienen puntos de vista encontrados al respecto.

En caso de que los acreedores aceptaran las nuevas propuestas presentadas por el Ejecutivo heleno, podrían otorgar un nuevo programa de rescate y una financiación transitoria para evitar que el país caiga en suspensión de pagos.

En los últimos cinco años, Grecia ya recibió dos rescates por 240.000 millones de euros de los otros países de la eurozona y del FMI. Los ajustes aplicados por los anteriores gobiernos griegos a cambio de los préstamos sumieron al país en la recesión, recortaron una cuarta parte de su PBI y dispararon la pobreza y el desempleo.