Las negociaciones entre Grecia y los acreedores internacionales comenzarán finalmente el próximo martes a nivel técnico, informó el Ministerio heleno de Finanzas.

En un principio estaba previsto que los equipos técnicos de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE), el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) comenzaran el pasado viernes sus conversaciones en Atenas, con el objetivo de cerrar un tercer rescate hasta el 20 de agosto.

El retraso se ha debido, según recalcó el ministerio en un comunicado, a "razones técnicas" y no "políticas" o "diplomáticas".

El ministerio hizo hincapié en que el debate sobre "dónde y cómo" se llevarán a cabo las negociaciones "van por muy buen camino".

Con ello, el ministerio aludió a informaciones de la prensa, según las que el Gobierno estaría poniendo problemas a que los representantes de este nuevo cuarteto tuvieran acceso a los ministerios.

Sin embargo, varios representantes del Gobierno señalaron este fin de semana que los funcionarios podrán entrar en los ministerios si así lo consideran necesario.

Durante el Gobierno del conservador Andonis Samarás era habitual ver a los funcionarios de la llamada troika entrar y salir de los ministerios con regularidad.

Tsipras quiso acabar con esta costumbre que en la población causaba la sensación de que el país estaba gobernado por las instituciones extranjeras, por lo que las negociaciones llevadas a cabo antes de que expirara el segundo rescate, se celebraron en un hotel de Atenas, en Bruselas o incluso en París, situación que complicó el trabajo sobremanera.

Mientras tanto, el FMI confirmó este viernes haber recibido una invitación para sumarse al trío de instituciones que negociarán un tercer rescate para Grecia por un total de unos 86.000 millones de euros durante un trienio.

El FMI, al que Grecia hubiera querido ver fuera de estas negociaciones por perseguir habitualmente medidas especialmente draconianas, había exigido que se le remitiera una invitación por separado.

Según los medios locales, entre las exigencias que estaría planteando el FMI a cambio de su participación en el programa de asistencia figuraría que las reformas que se le exijan a Grecia sean aplicadas antes del desembolso del dinero, algo a lo que Atenas al parecer se resiste.