Durante muchos años se han publicado investigaciones en las que se ponía de manifiesto que pensar con rapidez y recordar información, lo que se conoce como inteligencia fluida, alcanzaba su punto álgido a los 20 años, comenzando a partir de esa edad su declive. Sin embargo, ahora un nuevo estudio realizado por el MIT y el Hospital General de Massachussets ha descubierto que, realmente, este proceso no es tan sencillo, sino mucho más complejo.

La investigación publicada en la revista Psychological Science, dice que estos picos de la inteligencia fluida no se reflejan a los 20 años en todas las personas, llegando algunas de ellas a registrarlos a la edad de 40 años. Los investigadores explicaron que hasta el momento estudiar cómo las habilidades cognitivas cambian con el tiempo eran difíciles de estudiar ya que el reto de tener que conseguir un gran número de personas mayores con estudios universitarios y menores de 65 años para participar en los experimentos. A pesar de esta dificultad, los investigadores lograron conseguir la muestra y así lograr una mejor visión sobre el envejecimiento y la cognición de la mano del uso de Internet y de plataformas como gameswithwords.org y testmybrain, que incluyen pruebas cognitivas para ser realizadas en unos minutos.

Los datos obtenidos por las pruebas fueron obtenidas de aproximadamente 3 millones de personas en los últimos años y arrojaron que, por ejemplo, la capacidad de reconocer rostros mejora hasta principio de los años 30, y a partir de allí comienza su declive. Asimismo, se observó que la memoria visual a corto plazo también estaba a su máxima capacidad a comienzos de la década de los 30 años.

El estudio permitió evidenciar que cada habilidad cognitiva tenía su punto máximo a una edad diferente. El procesamiento de la información llega a su punto más alto sobre los 18 o 19 años, y luego comienza su declive después, mientras que la memoria a corto plazo sigue mejorando hasta los 25 años, manteniéndose y empezando a decaer sobre los 35 años. Asimismo, si los estados emocionales de las personas eran tomados en cuenta, los picos máximos se pasaban a detectar más tarde, en torno, a los 40 años e, incluso, a los 50 años.

En cuanto al vocabulario, se vio que se produce un pico máximo a los 40 años, registrándose otro posteriormente sobre los 60 o 70 años, lo que puede ser consecuencia de una mayor estimulación intelectual en las personas mayores o la realización de trabajos que requieren más lectura o más nivel educativo.

El objetivo de los investigadores ahora es estudiar los picos máximos en diferentes momentos y en cada una de las habilidades, a su vez, valorar el papel de la genética y los cambios en la estructura del cerebro.

Fuente: www.aprendemas.com