¿Entrelazar los labios es riesgoso? Un beso es el acto de presionar los labios con la pareja. Sin duda una representación del amor que se tienen. La saliva es uno de los principales participantes, es decir, la mezcla de gérmenes es inevitable.

Y es que el hecho de que pocos hagan hincapié en las desventajas que tiene besar no significa que no las haya. La transmisión de enfermedades y gérmenes se transportan por medio de la saliva que segregamos.

Entre tanto, de manera general son mayores las ventajas que el riesgo. Sin embargo, nunca está de más tomar ciertas precauciones y evitar encontrarnos con algún “beso peligroso”, según propone el portal mejorconsalud.

1. Mononucleosis infecciosa: En términos coloquiales se le conoce como la “enfermedad del beso”, debido a que es una infección que se contagia por el intercambio de saliva. Es causada por el virus de Epstein Barr, al ser este diseminado por los fluidos bucales.

Se presenta frecuentemente en adolescentes y jóvenes. Sin embargo, no hay una edad para contraerla. Entre sus síntomas está la fiebre, dolor de garganta y ganglios inflamados. ¿Cómo detectarla? Después de experimentar los síntomas anteriores el especialista indicará una prueba de sangre para corroborar el virus y posteriormente recetar analgésicos.

2. Citomegalovirus: En realidad, este virus es más frecuente de lo que parece. En el momento que el organismo lo adquiere permanece para siempre. El citomegalovirus se transmite por medio del contacto directo con fluidos corporales, transfusión sanguínea o contacto sexual.

Lo asombroso es que la mayoría de los afectados no sabe que lo tiene, pues en personas con un sistema inmunitario fuerte no presenta ningún riesgo. Sin embargo, en el caso de los bebés sí hay que tomar precauciones,  ya que al ser contagiados pueden tener problemas el resto de su vida. ¿Cómo detectarla? De igual manera, es necesario realizar un examen de sangre. La gran mayoría no requiere tratamiento, solo en algunos caso se indican antivirales y, por supuesto, mantener unos buenos hábitos de higiene.

3. Gingivitis: Se trata de una infección que afecta principalmente las encías, por lo tanto la cavidad bucal segrega constantemente bacterias.

Esto debido a la placa pegajosa que se adhiere en los dientes y encías. Entre los síntomas sobresale el sangrado, enrojecimiento e inflamación de la zona. ¿Cómo detectarla? Es importante que ante cualquier síntoma se acuda al médico. Inclusive la gingivitispuede formar bolsas entre dientes y encías. Así como mal aliento.

4. Amigdalitis estreptocócica: s una enfermedad que provoca dolor en la garganta. Las bacterias, en este caso, los estreptococos del grupo A y B atacan de forma directa. Esta afección se contagia cuando una persona sana entra en contacto con alguien infectado. Inclusive con el simple hecho de estornudar o sonarse la nariz a corta distancia.

¿Cómo detectarla? Entre sus síntomas encontramos: irritación y dolor en la garganta; manchas blancas en las amígdalas; inflamación; dolor de cabeza; fiebre.

Para confirmar el diagnóstico basta con que el especialista frote suavemente un bastoncillo de algodón en la garganta. Si el resultado no es exacto, es posible que se realice un cultivo.

5. Herpes labial: Es muy común el contagio de este virus al dar un beso. El herpes es una infección que se localiza en los labios, la boca o las encías. Es causado por un virus bastante contagioso denominado herpes simple (VHS).

¿Cómo detectarlo? Los síntomas aparecen 1 o 2 semanas después de haberse expuesto al virus. El herpes causa aftas dolorosas. Asimismo, se puede presentar: fiebre por más de 3 días; dolor de garganta; inflamación en los ganglios; por lo general, las afecciones desaparecen en un periodo de dos semanas. El especialista determinará el fármaco antiviral, crema tópica y los cuidados de higiene pertinentes.

¿Qué se puede hacer antes de besar?

- Llevar una buena alimentación para mantener el sistema inmunitario en buen estado.

- Seguir las indicaciones para realizar un buen cepillado.

- No olvidar la importancia de usar hilo dental.

- Acudir a un chequeo regular, por lo menos, una vez al año.

- Renovar el cepillo dental cada tres meses.

- Los enjuagues bucales ayudan a combatir gérmenes.