El tradicional encuentro docente que se realiza en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, es un evento destinado a educadores de todos los niveles que desean profundizar en los aspectos didácticos y pedagógicos de su actividad en el aula y a estudiantes de carreras relacionadas con la educación. Durante sus últimas ediciones, el enfoque temático se ha centrado en cuestiones como la didáctica, la transversalidad, las nuevas tecnologías, los aportes de las neurociencias a la enseñanza, las múltiples alfabetizaciones, la inclusión y la violencia en la escuela, entre otros temas relevantes.

En la edición 2015 participaron reconocidos especialistas de la Argentina y del exterior como ser: Paula Sibilia, Carina Gabriela Lion, María Teresa Lugo, Mariana Maggio, Graciela Lombardi, Sandra Nicastro, Silvia Baeza, Daniel Levy, Florencia Salvarezza, Luciana Vázquez, Claudio Waisburg, Alicia W. de Camilloni, Alejandra Birgin, Graciela Misirlis, Carina Rattero, Ezequiel Passeron, Laura Radetich, entre otros.

Mariano Palamidessi, Abel Rodríguez de Fraga, Guillermina Tiramonti participaron de una mesa debate titulada “Reconstruir la escuela secundaria: reflexiones y propuestas”, donde analizaron y dialogaron con el auditorio acerca de la incorporación de las TICS en el aula, el rol del docente, los procesos de enseñanza-aprendizaje que se generan en las  sociedades atravesadas por las tecnologías.

“Estamos inmersos en discursos que plantean una problemática de la escuela como una institución que no sostiene la trayectoria de los chicos. Si tenemos un dispositivo escolar donde el 60 % de los chicos abandona, el 20 % aprende poco y nada y el otro 20 % lo que aprende no alcanza a ser suficiente para saber cómo dialogar en el mundo contemporáneo, hay que empezar a reflexionar acerca de ese dispositivo”, abrió la mesa  Guillermina Tiramonti, licenciada en Ciencia Política y magíster en Educación y Sociedad. Y planteó: “Los docentes deben preguntarse por el dispositivo: qué se aprende, qué se enseña en las escuelas”.

La hipótesis de la reconocida investigadora es que la problemática de la escuela reside en que hay un desfasaje cultural, una asincronía de la cultura de la escuela y del mundo contemporáneo: “La Escuela Moderna hizo lo que se conoce como transposición didáctica: transformó el conocimiento y el saber de la época en conocimiento escolar. Eso se hizo en una matriz, la matriz de la Ilustración, humanística. Lo que hay cambiar hoy es esa matriz”. Y continuó: “Lo que necesita la escuela hoy es una nueva transposición didáctica en una matriz de conocimiento diferente, un conocimiento tecnológico. Esto no quiere decir conocimiento técnico, relacionado a educación técnico, sino un conocimiento que permite superar la dualidad del conocimiento práctico y teórico que propuso la matriz moderna, que transforma al alumno en un productor activo de su propio conocimiento y de adquirir el conocimiento acumulado y que habilita el desarrollo autónomo de los sujetos con los nuevos dispositivos”.

Tiramonti sostiene que los cambios no vienen de golpe; hay que construir una práctica escolar diferente: “Los sujetos con los que tratamos son otros, son sujetos formados en un mundo saturado de tecnologías y con las cuales dialogan. Adquieren una nueva forma de seleccionar información”, y agrega: “La escuela les habla en un lenguaje extraño. Hay nuevas formas atravesadas por la inmediatez-simultaneidad-dinámica que comprometen al alumno en otra forma de aprendizaje”.

Por su parte, Abel Rodríguez de Fraga, psicólogo y técnico químico, afirmó que “La tecnología está en todo lados desde hace tiempo y en todas las disciplinas. El problema es que muchas veces los docentes no se dan cuenta y no le dan el valor que tienen”.

El especialista en educación tecnológica explicó que la clave es reflexionar acerca de cómo el docente puede reorganizar, repensar su materia en términos tecnológicos. “Muchos no están dispuestos a cambiar el modo enciclopédico, a adaptar las currículas”, remarcó y propuso: “Se trata de reflexionar acerca de qué modo puedo valerme de la tecnología para enseñar, de cómo ella resignifica el aprendizaje”.

Según Rodríguez de Fraga, la tecnología no debe pensarse como algo aplicado sino que debe integrarse a la educación.

Mariano Palamidessi, doctor en Educación, lo que se necesita hoy en día en las escuelas es una mayor experimentación: “Una parte de la práctica pedagógica va a seguir teniendo formatos disciplinares pero hay que abrir espacio a las dimensiones de otras formas de acceso al conocimiento que tienen que ver con la aplicación, con la flexibilidad y  la interactividad”.

“El conocimiento que transmite la escuela secundaria se debe poner en juego, debe ser revalidado: hay que pensar qué vale la pena enseñar, qué cosas del mundo externo deben incorporarse en la actividad escolar”, explicó el reconocido investigador en educación.

Palamidessi sostuvo que, a toda la organización escolar, con sus tiempos y espacios, hay que pensar cómo agregarle dosis de experimentación, integración, desarrollo de proyectos. “Los estudiantes, además de acceder a la cultura de las disciplinas, deben tener espacios donde el conocimiento sea posible de ser movilizado. La escuela transfiere conocimiento ordenado, codificado, pero hay poca posibilidad que esa biblioteca que va formando se ponga en juego. Y este poner en juego no refiere solo al campo de lo tecnológico, se da en todas las áreas: lengua, geografía, artes”.

El experto en educación enfatiza que el currículum tiene que empezar a promover el desarrollo de capacidades de hacer, de competencias: “Promover situaciones de aprendizaje que pongan en tensión y en demanda el conjunto de espacios de transmisión que se dan en la escuela”. Y concluye: “Hay que suscitar nuevos espacios, lugares, tiempos. No hay que incorporar únicamente lo ´tecnológico´; la tecnología de la organización escolar tiene que movilizarse”.