Los integrantes de Los Monos que están presos seguirían activos desde Piñero, el penal provincial donde se alojan actualmente. Llamadas telefónicas que vieron la luz pusieron a los detenidos al descubierto y ahora, el gobierno provincial inició una investigación para conocer si contaron con ayuda policial.

De acuerdo a lo que publicó hoy el periodista Germán de los Santos en el diario La Nación, Emanuel Chamorro, Ángel Villa, Leandro Vilches y Ariel "Guille" Cantero forman parte de las escuchas en las que trascendió que, intramuros, ordenan asesinatos y aprietes, anticipan hechos sangrientos que después saldrán reflejados en las crónicas policiales, pagan a testigos para que cambien sus declaraciones y organizan el funcionamiento de los búnkeres de venta de droga en barrios de las zonas sur y oeste de esta ciudad.

Todo esto ocurre dentro de la cárcel de Piñero, en los pabellones 7 y 12, donde están alojados y desde donde seguirían al frente del negocio criminal que se originó hace más de dos décadas en la villa La Granada.

Las grabaciones telefónicas están incluidas en 30 CD y forman parte de un informe de 63 páginas, que fue presentado en el juzgado provincial N° 5, aunque será investigado por los fiscales del nuevo sistema procesal penal. Luego de que trascendieran estas escuchas, el Ministerio de Seguridad provincial abrió una investigación para determinar si hay efectivos que colaboraron con esa organización criminal.

No sería la primera vez. Porque de los 37 procesados por asociación ilícita por el juez Juan Carlos Vienna, 17 son policías. Pablo Cococcioni, director del Servicio Penitenciario, reconoció que hubo problemas con las antenas inhibidoras de señal del penal "durante algunos meses del año pasado porque terminaban averiadas en forma periódica".

Chamorro, uno de los protagonistas de las escuchas, es un soldado de la banda. Fue detenido el 16 de diciembre de 2013, cuando bajaba armado de un auto Honda Civic. Junto con Vilches, apresado un mes antes, eran los encargados de controlar los búnkeres en los barrios Saladillo, Tablada y La Lata.

Según consta en el CD 14, el 21 de agosto pasado, a las 16.38, Chamorro llamó por teléfono desde el pabellón 12 a Ángel Villa, alias "el Narigón", otro interno de Piñero.

Le contó sobre los planes que tenían de instalar dos búnkeres en los barrios República de la Sexta y La Tablada. "Los podría manejar Mauri [cuya verdadera identidad sería Mauricio Vallejos], que está por salir", comentaron.

Cinco días después, Chamorro recibió una llamada a las 18.38, según figura en el CD 19, de Guille Cantero, líder de la banda, que le ordenó: "Mandalo a Mauri a hablar con los de la seccional 4ª para que les diga que volvemos a abrir en el mismo lugar que antes. Decile que hable para que no nos tumben".

En otro CD, el 20, quedó registrada la comunicación del 27 de agosto cuando Ema llamó a Vallejos a las 19.16 para ver cómo iba la preparación de los quioscos de droga. "Está casi listo, sólo me falta una pared", le respondió. El 1° de septiembre, Chamorro y Cantero charlaron del búnker que la banda tiene en Dinamarca al 500, en Saladillo, y reconocieron que debían "ampliar" los puntos de venta. "Hay que tomar las casas usurpadas hace bastante tiempo, sacarlos y meterse", dijo Guille.

El negocio de los búnkers

Como si la cárcel fuera un lugar donde el presente se entremezcla con el "azar" del futuro, uno de los integrantes de la banda de Los Monos dijo el 14 de agosto a las 20.59 que habían matado a Jorge Laferrara, un ex socio de los Cantero. Pero eso aún no había ocurrido, como reflejó el diario La Capital.

Unos minutos después, ese hombre de 56 años, que tenía condenas por narcotráfico, fue baleado en el abdomen y en la mandíbula en el viejo camino a Soldini, cerca de un búnker donde el jueves pasado fueron acribillados los ex convictos Maricel Fernández y Alejandro Viteli.

El 20 de agosto, Chamorro le contó a Villa que Guille había pedido a un abogado que le "marque" (que le diga dónde está) a Luis Bassi, padre de Luis Orlando Bassi, alias "Pollo", preso actualmente en la cárcel de Coronda. Este hombre de 63 años fue acribillado el 22 de octubre en la puerta de la remisería Cinco Estrellas, de Villa Gobernador Gálvez, el mismo escenario donde antes habían matado a sus dos hijos Leonardo (el 31 de diciembre de 2013) y Maximiliano (el 12 de febrero de 2014). En las conversaciones, aparecen tramas sobre cómo se gestaron otros homicidios, como el de Rodolfo Fretes, quien fue asesinado de siete balazos en el barrio Tío Rolo el 29 de octubre.

Testigos en peligro

El 27 de agosto, se concretó una llamada de Guille Cantero al teléfono de Chamorro, que decidió pasarle el aparato a un compañero de pabellón, Cristian, alias "Tiso", con vínculos con los familiares de Sergio Pared, un narco que fue asesinado el 14 de febrero de 2013. Por ese homicidio fue imputado Leonardo Vinardi, miembro de Los Monos, que fue apuntado por un testigo como autor del ataque.

Guille Cantero admitió que tenía miedo de que Vinardi "se largue a hablar". Pero dijo que "no tiene problemas de poner $ 200.000" para que el testigo, conocido como "Piquito", cambiara su declaración. Ese dato, relató Guille, se lo pasó Cristian González, otro preso, hermano de uno de los sicarios de la banda. "Si no acepta la plata, lo gatillo", prometió el convicto. Un hecho similar ocurrió, según consta en las escuchas, con Betiana Quintana, viuda de Diego Demarre, que modificó su declaración para beneficiar a Los Monos en la causa del asesinato de su marido, ultimado el 27 de mayo de 2013.

Juicio abreviado

En la justicia provincial se negocia con los abogados de la banda la posibilidad de que los líderes de la banda de los Monos sean sometidos a un juicio abreviado, con penas de entre ocho y nueve años. Este acuerdo incluiría que se entreguen dos capos de la banda que están prófugos, como Ramón "Monchi" Machuca, hijo de crianza del jefe del clan Cantero, y Ariel Máximo Cantero.

El abogado de los acusados, Carlos Varela, dijo a este diario: "Estas escuchas se hicieron con el objetivo de boicotear este acuerdo de juicio abreviado", y puso en la mira de sus críticas a efectivos policiales que trabajaron con el juez Juan Carlos Vienna, quien es investigado luego de que se conociera que viajó en diciembre de 2013 a una pelea de boxeo en Las Vegas, acompañado por Luis Paz, el padre del narco apodado "el Fantasma", asesinado por la banda de los Monos cuando manejaba un BMW Z3.