Alrededor de 360 millones de personas (el 5% de la población mundial) presentan pérdidas de audición que se consideran discapacitantes; de ellas, cerca de 32 millones son niños.

La inmensa mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos, según los datos publicados este martes por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que calcula que alrededor del 60% de las pérdidas de audición en la niñez se podrían evitar con medidas de prevención.

La organización destaca que para los niños, la audición es esencial para aprender a hablar, tener buenos resultados escolares y participar en la vida social, de ahí que la pérdida de oído suponga un obstáculo para la educación y la integración social.

Por ello llama a adoptar medidas para reducir la pérdida de audición y mejorar los resultados en favor de los niños que la presentan. "Los gobiernos, los organismos de salud pública, las organizaciones sociales, las instituciones docentes y los grupos de la sociedad civil, todos han de colaborar en este empeño", destaca.

En concreto señala que hay que reforzar los programas de inmunización para prevenir muchas de las infecciones que conducen a la pérdida de audición, tales como la rubéola congénita, la meningitis, las paperas y el sarampión. Al respecto explica que más del 19% de la pérdida de audición en la niñez se podría evitar sin más que recurrir a la inmunización contra la rubéola y la meningitis.

También es necesario intensificar los programas de salud de la madre y el niño, para prevenir la prematuridad, el bajo peso al nacer, la asfixia perinatal, la ictericia neonatal y la infección congénita por citomegalovirus, y apoyar más a las organizaciones de personas con pérdida de audición y los grupos de progenitores y de apoyo a las familias.

Además señala que conviene poner en marcha pruebas de audición a los recién nacidos y lactantes e iniciar las intervenciones apropiadas para detectar y autonomizar a los niños con pérdida auditiva congénita o de aparición temprana, y también a los escolares encaminadas a detectar, referir los casos y tratar las otitis comunes y la pérdida de audición.

Respecto a las causas, pueden ser variadas, aunque una de las principales son los factores genéticos que provocan cerca del 40% de la pérdida de audición en la niñez.

Otro de los orígenes son las afecciones perinatales, como la prematuridad, el bajo peso al nacer, falta de oxígeno (asfixia perinatal) o ictericia neonatal.

Además, durante el embarazo, la madre puede ser infectada por virus tales como los de la rubéola o el citomegalovirus, que provocan pérdida de audición en el niño. También la meningitis, las paperas y el sarampión pueden provocar en la niñez la pérdida de audición.

Y en los entornos de bajos recursos, las otitis son bastante comunes entre los niños, a menudo en forma de otitis media crónica supurada. Además de la pérdida de audición, las otitis pueden provocar complicaciones potencialmente mortales.

Según la OMS, en los niños, diversas afecciones comunes del oído pueden provocar la pérdida de audición. Es el caso, por ejemplo, de la presencia de tapones de cera o de la otitis media adhesiva no supurada causada por la acumulación de líquido en el interior del oído.

El ruido también puede ser otra causa de la pérdida de audición. Los sonidos intensos, incluidos los producidos por dispositivos personales tales como los teléfonos inteligentes y los lectores de MP3 utilizados a gran volumen durante periodos prolongados, pueden causarla.

Pero incluso los sonidos breves de alta intensidad como los de los fuegos artificiales pueden provocar una pérdida de audición permanente, advierte la OMS, que también menciona los medicamentos, como los utilizados en el tratamiento de las infecciones neonatales, el paludismo, la tuberculosis farmacorresistente y el cáncer, como causantes de una pérdida de audición permanente.