Ser feliz potencia la motivación, mejora el ambiente dentro del aula y predispone para el aprendizaje. De hecho, una persona feliz no tendrá problemas para aprender todo lo nuevo que pueda surgir y en menor tiempo que alguien que no lo es.

Trabajar la felicidad y el desarrollo emocional de los futuros maestros es un aspecto que debería considerarse de vital importancia. Es evidente que además de mejorar su propia calidad de vida, los maestros felices contribuirán también a mejorar el bienestar y el rendimiento de los alumnos que formen.

El Proyecto Happy, de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Educación de la UCJC (Madrid), busca conseguir entornos de aprendizaje positivos, productivos y más saludables. Para conseguirlo, incluye contenidos y prácticas sobre aprendizaje social y emocional en la formación de los futuros maestros de forma trasversal.

Mediante estos contenidos, los alumnos de magisterio se van adentrando en el mundo de las happy companies y de las investigaciones científicas que tratan estos temas. Con ello se persigue que los futuros maestros comprendan la importancia del ambiente positivo en el clima organizativo y laboral, y que reflexionen sobre las repercusiones y beneficios que esto tiene para su futuro profesional.

Además, los alumnos han formado equipos de trabajo, simulado situaciones escolares de la vida real y han resuelto problemas de manera creativa. Finalmente, los estudiantes tendrán que reflexionar sobre todo lo aprendido y sus implicaciones para su vida personal, académica y social.

Se espera que el proyecto, que se ha puesto en marcha este trimestre, arroje resultados positivos a la hora de desarrollar entornos de aprendizaje emocionalmente inteligentes, felices y creativos, que contribuyan a favorecer el bienestar personal y social, la capacidad de liderazgo y el emprendimiento.

Fuente: ined21.com