Luciana Aymar vivió una experiencia muy fuerte al reunirse en el Vaticano con el papa Francisco, que la distinguió como la primera “Mujer Olivo”. Desde su retiro de la selección nacional, Lucha inició su trabajo como embajadora mundial del deporte.

La rosarina fue invitada a Roma para participar del IV Congreso Mundial de Scholas, donde pudo encontrarse con el Sumo Pontífice y regalarle su camiseta celeste y blanca, otra más para la colección deportiva de Francisco.

En los últimos partidos en la selección, en la Champions Trophy de Mendoza, Lucha plantó el olivo de la paz como parte de la acción de la fundación Scholas.

“No tengo palabras para describir este lindo momento. Me voy con una emoción y una paz enorme por este encuentro”, confesó Aymar en Twitter.