Para mantener activo nuestro cerebro es fundamental abordar las siguientes instancias: el sueño, despertar y desayuno.

Lo primero, es estabilizarnos. Para ello existen medidas, básicas y sencillas, aplicables a nuestro sueño y despertar tales como: 

Dormir bien; ya que el descanso es el mecanismo de reparación básico de todo ser humano. Todos los mecanismos de reparación neuronal se desarrollan en las cuatro etapas del sueño. En la cuarta etapa, justamente, se produce el proceso de consolidación del aprendizaje, ya que laneuroplasticidad tiene como base el circuito del aprendizaje. No hay neuroplasticidad, si no hay aprendizaje. El aprendizaje se consolida en la fase más profunda del sueño. El dormir es una inversión y cuanto más profundo dormimos mucho mejor

- El tipo de descanso: con ausencia de luz y de ruidos. Descanso de calidad. 

- Adaptar un tipo de cama, colchón y almohada, según las necesidades de cada persona.

- Dormir para descansar, y recomponerse es toda una estrategia.

- El despertar no debe ser violento. Debe ser pausado como el que induce la naturaleza. Un error es despertarnos con el despertador. El sol va apareciendo de a poco. En forma pausada. Debemos liberar pausadamente cortisol. Tan es así que una multinacional muy famosa ha inventado una luz que se va prendiendo de a poco para ayudar a nuestro despertar paulatino.

- Una buena manera de despertar es con música. El tema que más nos guste y que sea de un ritmo suave. Hoy la tecnología al alcance de nuestras manos nos brinda un sinnúmero de posibilidades para hacerlo posible. Cuando al llegar el momento que más nos gusta del tema nuestras emociones van a hacer posible el despertar. Un despertar de calidad. El cortisol se libera suavemente y nos produce una suave euforia matinal.

- Un buen desayuno. El cerebro se queda con el 20% de toda la energía que consumimos y le gusta una sola cosa: la glucosa. Y si le damos su ración de glucosa él no va a pedirnos más en el resto del día. Glucosa natural; la de la fruta. No la refinada.

- Si le damos poco, protesta y empieza a pedir más porque tiene miedo que no le demos. Nuestro cerebro tiene la memoria de todos nuestros antepasados, quienes pasaron por muchas vicisitudes.

- La humanidad siempre debió soportar hambrunas. Y el cerebro las recuerda. De ese modo nuestro cerebro se prepara para hacernos sobrevivir exitosamente el resto del día.

Fuente: Grupo Gamma