Cada vez se reciben más profesionales con estudios superiores, por lo que es necesario terminar la carrera con algo que te diferencie del resto de los egresados: un expediente académico con notas medias excelentes es una buena forma de destacarse.

Antiguamente, las notas no suponían un factor a considerar para las empresas, pero en la actualidad, debido al creciente número de profesionales, las grandes compañías suelen realizar un análisis riguroso antes de iniciar un proceso de selección de personal.

La capacidad intelectual, la psicológica, la organización, el entorno donde se estudia e incluso el estado físico influyen en el resultado de un examen. Por eso, a continuación, se brindan consejos para estar preparado y alcanzar los objetivos deseados.

- Conocé tus habilidades: Recordá que los mejores alumnos no son necesariamente los más inteligentes, sino aquellos que saben cómo sacar provecho de sus habilidades. De hecho, los estudiantes con coeficientes intelectuales más altos no siempre obtienen las notas más altas, ya que, a diferencia de sus compañeros con coeficientes intelectuales más bajos, el aprendizaje viene con demasiada facilidad y no sienten la necesidad de “apretarse el cinturón”.

- Sé productivo en tus horas de estudio: Si buscas aumentar tus calificaciones, también deberías tener en cuenta que no se trata de la cantidad de tiempo que permanezcas sentado con los libros abiertos, sino lo que lo que haces mientras estás allí. Mientras que muchos alumnos y docentes creen que las buenas calificaciones se obtienen en función de aumentar las horas dedicadas al estudio, lo cierto es que las jornadas demasiado extensas pueden acabar por perjudicar el rendimiento.

- Establecé prioridades: Si bien no deberías extender demasiado tus jornadas de estudio, es importante que establezcas prioridades y prestes la atención necesaria. Una vez que los libros están abiertos, los mensajes de Whatsapp no deberían tendrán respuesta y las notificaciones de Instagram deberían ignoradas.

- La organización importa: La organización es la clave de la productividad. Tomate un tiempo para ordenar tu mochila, mantené tus materiales en el mismo sitio, y procurá separar tus apuntes y tus tareas de acuerdo a la asignatura a la que corresponda. De esta forma, no perderás tiempo buscando lo que necesitás por toda la casa.

- Aprendé a leer: ¿Alguna vez te ocurrió que, tras leer una cantidad importante de páginas, descubriste que no lograste retener ningún dato? Lo cierto es que tu nivel de lectura tiene un gran peso a la hora de estudiar, por lo que es importante evaluar si lo estás haciendo de la forma adecuada o no.

- Tomá buenos apuntes: De la misma forma que ocurre con la lectura, tomar notas o apuntes no es tan fácil como parece y cada estudiante tiene su propio sistema para hacerlo. Recordá que no se trata de escribir todo lo que leemos o oímos, sino de determinar los puntos principales de cada lección y utilizar palabras de nuestro propio vocabulario para explicarlo. Asimismo, tené en cuenta que si bien leer los libros de texto es importante, los profesores suelen preguntar a los alumnos sobre aquellos aspectos en los que ellos hicieron énfasis, y esa información se encuentra en tus notas.

- Armá un calendario: Y por último, no esperes demasiado para tomar nota de las fechas de tus exámenes o entregas: llevá tu agenda contigo y hacelo en el mismo momento que tu profesor lo anuncia. De esta forma, sabrás con seguridad la cantidad de tiempo que disponés para prepararte y estudiar y no te sentirás tan abrumado cuando la fecha se acerque.

- Preguntá: Es importante preguntar si algo no queda claro. No apeles a la memoria, sino a comprender bien la temática. Solo así serás capaz de razonar. Es entendible que puedas sentirte inseguro a la hora de preguntar o que te de vergüenza, pero es peor salir del salón de clases con dudas. El mejor momento para aclarar las dudas es en clase y con tu profesor. Quizás, más compañeros están en la misma situación y tu pregunta puede ser beneficiosa para el resto de la clase.

- Estudiá en grupo: Probablemente no sea igual en todas las materas, pero para matemática por ejemplo, es mejor estudiar en grupo que solo. Así lo demostró un experimento de la Universidad de California en Berkeley. El observador a cargo, Uri Treisman, detectó como un grupo de asiáticos-americanos en una clase de cálculo obtuvieron mejores calificaciones que varios. Según Triesman, este grupo resolvió y discutió tareas en grupo y se explicaron entre ellos las soluciones a los distintos problemas. Por otro lado, quienes estudiaron por su cuenta, pasaron la mayor cantidad de tiempo leyendo e intentando resolver los mismos ejercicios una y otra vez, pero en muchos casos sin éxito.

- Autotest: Proponete preguntas a vos misma a modo de test. Si tenés dudas o no podés responder la pregunta, volvé a la lectura.

- Hacé más que lo mínimo: No se trata de cumplir con lo que pide el profesor solamente, sino de comprender lo que se dicta. Si para dominar un tema vos sabés que deberías practicar o leer más, hacelo. La mayoría de los estudiantes que obtienen buenas notas tienen gran sentido de la responsabilidad.