La radio tiene ese no sé qué del momento en vivo, de lo espontáneo, de lo abierto al punto tal de asemejar una charla periodística pública a un intercambio entre amigos; quizás algo de todo eso se le mezcló en la cabeza a Ernesto Tenembaum cuando hizo un comentario al menos polémico sobre la pronografía infaltil. Sus compañeros salieron al cruce, quisieron encarrilarlo para que diga que todo era un chiste. ¿Era un chiste?