A medida que los científicos buscan un tratamiento fiable contra la enfermedad de Alzheimer, estadounidenses y europeos, han logrado llegar a la conclusión que la pérdida de memoria está relacionada con el virus del herpes.

En un informe publicado en la Revista de la Enfermedad de Alzheimer la pasada semana, especialistas de varias instituciones superiores —entre los que se encuentran algunos pertenecientes al Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC-UAM, Universidad Autónoma de Madrid, y el Centro de Investigación en Red Sobre Enfermedades neurodegenerativas (CIBERNED) de Madrid— instan a los investigadores a centrar su estudio en "un aspecto particular de la enfermedad" que se ha ido descuidado y podría estar claramente ligado con la infección.

"Las primeras observaciones de HSV1 (herpes) en AD (enfermedad de Alzheimer) se realizaron hace casi tres décadas", explica el informe. Además "el aumento de estos estudios, reevalúa la relación entre el virus y la enfermedad mental progresiva".

Los investigadores explican que "la infección por Herpes simple produce daños en las regiones localizadas del SNC (sistema nervioso central) relacionadas con el sistema límbico y que están asociados con la memoria, procesos cognitivos y afectivos, así como de la personalidad."

Aunque no existe evidencia sustancial que sugiere la enfermedad de Alzheimer y el herpes están vinculadas, "el tema es a menudo calificado como 'polémico'", según los especialistas. "El alzheimer causa un gran daño emocional y físico para los pacientes y sus cuidadores, además de tener consecuencias económicas enormemente perjudiciales", explican. 

"El tratamiento antiviral-antimicrobiano de los pacientes con alzheimer podría rectificar el callejón sin salida que existe en la actualidad porque no funciona ningún medicamento". En el caso de la EA, "a menudo no se dan cuenta de que los microbios pueden causar enfermedades crónicas y agudas; que algunos microbios pueden permanecer latentes en el cuerpo con el fin de reactivarse y además, los efectos de pueden darse años después de la infección inicial. De esta manera, las personas pueden estar infectadas pero no necesariamente afectadas, y los 'controles' que se les hacen periódicamente, incluso si están infectados, podrían mostrarse asintomáticos".