Esta afección ataca principalmente a las mujeres y aparece cuando no se puede contener la orina o se tienen muchas ganas de orinar varias veces al día y en la noche.

Qué saber sobre la vejiga hiperactiva

La vejiga tiene la capacidad para almacenar la orina que producen los riñones. Es un músculo con forma de bolsa que se llena y necesita ser vaciada en varias ocasiones durante la jornada.

La frecuencia y cantidad de orina que eliminamos dependerá de varios factores pero sobre todo lo que se bebe. Lo normal es ir al baño 8 veces al día y, como máximo, 1 vez por la noche.

Cuando una persona tiene vejiga hiperactiva es porque existe un desequilibrio en este músculo. Los síntomas más frecuentes son:

- Necesidad repentina de orinar
- Problemas para retener la orina
- Pérdida involuntaria de líquido
- Necesidad de ir al baño muchas veces
- Despertar en varias ocasiones para orinar

Si bien estos síntomas no son graves ni mucho menos mortales, los que padecen de vejiga hiperactiva modifican su estilo de vida, se sienten deprimidos o con vergüenza, no pueden descansar bien, etc.

También puede ser que dejen de beber líquidos o no quieran salir de casa.

Uno de los hábitos de estas personas es buscar o preguntar dónde se encuentra el baño al llegar a un restaurante, casa, etc., para poder ir rápidamente cuando lo necesita.

¿Cómo se trata la vejiga hiperactiva?

La buena noticia es que en la mayoría de las ocasiones este problema puede revertirse. La única excepción es en el caso de personas con problemas neuronales que no permitan al cerebro “avisar” a la vejiga cuando está llena.

Los cambios en el estilo de vida y llevar ciertos hábitos saludables pueden ayudar a tratar este síndrome y recuperar de a poco la normalidad. Es bueno saber que no se consiguen resultados de la noche a la mañana, sino que las modificaciones pueden ser paulatinas.

Algunos consejos para reducir las incidencias de la vejiga hiperactiva son:

- Beber de 1 a 1,5 litros de agua cada día.
- Aumentar el consumo cuando se hace ejercicio o hace calor.
- Reducir la ingesta de líquidos por la noche y antes o durante un viaje.
- Evitar la cafeína y el alcohol porque distorsionan el trabajo renal.
- Tratar de no consumir picantes, cítricos o refrescos porque irritan la vejiga.
- Mantener un peso saludable para evitar la presión del abdomen sobre la vejiga.
- Entrenar la vejiga para que retenga la orina.
- Usar pañales o compresas para no mojar la ropa.
- No beber líquidos después de la hora de la merienda.
- Realizar ejercicios vesicales siguiendo un patrón de comportamiento cuando se tengan ganas de orinar.

3 tratamientos para la vejiga hiperactiva

Los pacientes con vejiga hiperactiva pueden aprovechar diferentes tratamientos o técnicas para resolver su problema.

- Tratamiento fisiológico
- Tratamiento psicológico
- Tratamiento farmacológico

En primer lugar, el tratamiento fisiológico incluye técnicas de entrenamiento para la vejiga. El método más conocido lleva el nombre de “ejercicios de Kegel” y sirven para contraer el músculo pubocoxígeo.

Ayudan a fortalecer los músculos pélvicos y se recomiendan para evitar la continencia urinaria, facilitar el parto natural y reducir los síntomas de la vejiga hiperactiva.

Fueron diseñados por el doctor Arnold Kegel en 1940 y el objetivo principal era mejorar la vida de las mujeres después de dar a luz. Más tarde se descubrió que podía servir para otras dolencias o patologías relacionadas con las funciones del esfínter (uretral y rectal).

Es bueno saber que para que los ejercicios de Kegel funcionen se deben practicar de manera apropiada y, además, seguir una rutina. Se recomiendan para las personas que sufren problemas urinarios debidos al estrés, tras una operación o cualquier desequilibrio en la vejiga.

Instrucciones para hacer los ejercicios Kegel:

Vaciá la vejiga.
Contraé los músculos de la pelvis durante 3 segundos.
Relajá y volvé a comenzar hasta completar 10 repeticiones.
Contraé y relajá lo más rápido posible 25 veces.
Realiza estos ejercicios 3 veces al día.

En segundo lugar en el tratamiento para la vejiga hiperactiva tenemos el área psicológica. Con algunas sesiones terapéuticas muchas personas reducen la timidez, la depresión o la vergüenza que les produce su problema.

Además, el analista puede ofrecer técnicas de relajación, distracción o descondicionamiento.

Por último, existe el tratamiento farmacológico que básicamente emplea medicamentos que inhiben las contracciones involuntarias de la vejiga y bloquean los receptores para reducir la necesidad de orinar.

Los fármacos usados se llaman antimuscarínicos. Estos deberían usarse como último recurso, ya que pueden traer efectos colaterales desagradables tales como:

- Visión borrosa
- Sequedad en las mucosas
- Estreñimiento
- Dolores de cabeza

De este modo, se aconseja primero agotar las anteriores instancias (ejercicios de Kegel y terapia) antes de recurrir a los fármacos.