Diego Lagomarsino, el dueño de la pistola desde donde salió la bala que terminó con la vida del fiscal, Alberto Nisman, ya no será más empleado contratado de la Unidad Fiscal Amia desde el próximo lunes. Gabriel Rabinovich, otro de los colaboradores, tampoco seguirá formando parte.

Según apuntó el diario La Nación, la decisión de rescindir los contratos de Lagomarsino y de Rabinovich fue tomada por la Procuración General, Alejandra Gils Carbó, después de que el reemplazante de Nisman, el fiscal federal Alberto Gentili, comunicó que no se presentaron a trabajar y que no presentaron las facturas correspondientes.

Lagomarsino es el único imputado que tiene la investigación pero aún no fue llamado a prestar declaración indagatoria. Es el dueño de la pistola Bersa Thunder 9 milímetros desde donde salió el proyectil que terminó con la vida de Nisman.

En tanto, Rabinovich es un abogado que colaboraba con Nisman y estuvo en su departamento del complejo Le Parc de Puerto Madero el viernes anterior a que se supiera del fallecimiento del fiscal especial de la causa Amia.

Gabriel Rabinovich ya declaró ante la fiscal Viviana Fein y dijo que estuvo aquel viernes en el departamento de Nisman y que se encontró a una chica "de rulos" de la fiscalía. Se trata de Soledad Castro, una de las secretarias del fallecido fiscal, que fue hasta la casa de su jefe para entregarles unos papeles que él le había pedido. Del cruce de las declaraciones surge que coincidieron unos minutos en el departamento.

Lagomarsino, de 38 años, trabajaba como experto en informática para Nisman, que lo había contratado con un sueldo mensual de 41.800 pesos, el más alto de todos los contratos temporarios de la Procuración. Sin embargo cuando empezó a trabajar para el fiscal de la causa Amia entre 2007 y 2008 cobraba 8000 pesos.