Es cierto, fueron internas abiertas y la “final” se juega en las generales de junio. Pero si hubo un ganador de las primarias a nivel provincial ese fue Miguel del Sel, que quedó en la pole position para la carrera que se viene y que definirá quién gobierna Santa Fe los próximos cuatro años. El ex Midachi no sólo fue el candidato más votado sino que además su partido, Unión PRO, estaba arriba por una uña de la suma de los dos candidatos del Frente Progresista (32,3% a 31,78 con el 93 por ciento de las mesas escrutadas), donde el socialista Miguel Lifschitz dejó fuera de carrera por amplio margen al radical Mario Barletta. Tercero fue Omar Perotti, del Frente Justicialista para la Victoria, que igualmente tiene más para festejar que el ex intendente rosarino: cumplió el objetivo de superar el 20 por ciento –arañaba el 22– y todavía tiene un amplio nivel de desconocimiento, lo cual le da posibilidades de crecer.

Aunque en los distintos comandos de campaña se buscó una interpretación a medida, está claro que el festejo estuvo del lado de Unión PRO, con el desembarco de Mauricio Macri –que buscó capitalizar el resultado para potenciar su candidatura presidencial– y de Carlos Reutemann incluido. 

El socialismo ancló su discurso en que según sus mesas testigo el Frente Progresista era la fuerza más votada si se sumaban sus dos precandidatos. Pero eso, que finalmente fue desmentido por los números oficiales, implica que, para ganar la Gobernación, Lifschitz deberá retener todos los sufragios que tuvo Barletta y ni siquiera así le alcanzaría. Tendrá que pegar aún más su figura a la del actual gobernador Antonio Bonfatti, que arrasó en el rubro diputados. 

Una clave del resultado estuvo en el departamento Rosario. Lifschitz, que supo sacar el 60 por ciento de los votos como candidato a senador provincial en 2011, aventajaba por poco a Del Sel en la ciudad y estaba atrás en el departamento. Lo que implica que bajó mucho uno y subió mucho el otro. Acaso la presencia en la fórmula del ex Midachi de Jorge Boasso –una fortaleza también para salir a la caza de votos radicales– haya influido en esto. Y también un castigo al socialismo de parte de sectores medios que históricamente lo apoyaron, por el tema que se convirtió en central en toda la campaña y que aparece como su gran déficit de gestión: la inseguridad.

Con el 93 por ciento de las mesas escrutadas, a nivel provincial, candidato contra candidato, Del Sel obtenía casi 143 mil votos más que Lifschitz, y éste seis mil más que Perotti.

¿Quiere decir esto que la elección de junio está definida? No. Pero sí que Del Sel larga con una ventaja que pocos imaginaban antes de las internas abiertas y que para Lifschitz será muy difícil remontar.

En todo caso, el resultado de la elección general de junio se definirá con la respuesta a varios interrogantes, entre ellos:

-¿Podrá Del Sel repetir la performance de este domingo e incluso crecer ahora que la posibilidad de que sea gobernador aparece cercana? ¿Depositarán los electores su confianza en una persona sin experiencia y que cuando abre la boca parece lo más lejano que puede haber a un estadista?

-¿Cómo influirá el apoyo de Carlos Reutemann al ex Midachi y el hecho de que Mauricio Macri pueda posicionarse como principal alternativa opositora a nivel nacional?

-¿Conseguirá Lifschitz retener el voto de Barletta o habrá fuga radical hacia el PRO, que tiene como candidato a vicegobernador a un boina blanca como Boasso?

-¿Puede haber voto del kirchnerismo hacia Lifschitz para evitar un triunfo de la “derecha” macrista?

-¿Puede crecer Omar Perotti, que todavía tiene un alto nivel de desconocimiento en el sur de la provincia?

-¿Dónde terminará el voto del massista Frente Renovador –Oscar Cachi Martínez le ganó la interna a Eduardo Buzzi–, que obtuvo con la suma de sus dos precandidatos casi el 8 por ciento? 

También hay que considerar el alto número de votos en blanco (cerca de cien mil) y anulados (más de 56 mil) en esta interna.  

La experiencia en Santa Fe indica que el resultado de las Paso no se repite exactamente en las generales. Eso, en las anteriores oportunidades, jugó a favor del socialismo, que primero obtuvo menos sufragios que la suma de los candidatos del PJ, pero luego se alzó con la Gobernación.

Ahora el escenario aparece mucho más complicado –complicadísimo– para el actual oficialismo. Sin embargo, el final de la película aún debe ser escrito.