Un estudio demostró que las tasas de psicosis pueden ser ocho veces más altas en algunas regiones en comparación con otras, por lo que se comprobó que los factores ambientales juegan un importante papel en este tipo de trastornos.

La investigación fue realizada por la Universidad de California (EE. UU.), el King's College London y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y representa la más grande que se realizó sobre el tema en los últimos 25 años.

“Los trastornos psicóticos como la esquizofrenia son altamente heredables, pero la genética no cuenta toda la historia. Nuestros hallazgos sugieren que los factores ambientales también inciden mucho”, explica James Kirkbride, líder del trabajo publicado en la revista Jama Psychatry y reproducido por Muy Interesante.

Para llegar a esta conclusión, los autores calcularon la incidencia de trastornos psicóticos en 17 áreas en seis países: Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, España y Brasil, utilizando una metodología comparativa con datos de casi 3 mil personas de entre 18 y 64 años.

Encontraron que la incidencia general de los trastornos psicóticos era de 21.4 por 100 mil personas al año, pero descubrieron amplias variaciones entre diferentes áreas, desde un mínimo de 6.0 por 100 mil personas al año en el área rural alrededor de Santiago (España), hasta un máximo de +45 en el centro de la ciudad de París y el sureste de Londres.

Esta variación no puede explicarse por las diferencias en la edad, el sexo y la composición étnica de la población en estas áreas, sino que el predictor más fuerte fue un bajo índice de viviendas ocupadas por sus propietarios.

Es por eso que los investigadores emplearon la vivienda ocupada por sus propietarios como un indicador de la prosperidad y la estabilidad socioeconómica, evidenciando que esta incidencia podría estar relacionada con la precariedad.

“Las áreas con mayores tasas de viviendas ocupadas por sus propietarios tienen tasas más bajas de psicosis. Las personas en áreas socialmente desfavorecidas pueden tener más estrés social, lo que podría predecir la incidencia de psicosis, como sugieren otros estudios”, dijo Hannah Jongsma, coautora del trabajo.

“Una explicación alternativa podría ser que la vivienda ocupada por el propietario es un indicador de estabilidad social y cohesión, en relación con redes de apoyo más fuertes”, añadió.