El ajenjo es una planta medicinal de sabor amargo que destaca por sus propiedades digestivas, antiinflamatorias y tonificantes, entre muchas otras. Es originaria de las zonas de clima templado en Europa, Asia y el norte de África.

Sus reconocidas virtudes medicinales son milenarias. De hecho solía usarse en ciertos casos de envenenamiento ya que provocaba vómito y por ende la eliminación del veneno. El sitio Mejor con Salud destacó sus principales virtudes.

Digestivas: alivia y mejora numerosas molestias y trastornos, como dolores, flatulencias, diarreas o vómitos. Además es un tonificante digestivo, es decir, estimula el apetito y favorece la secreción de jugos gástricos. Esta virtud está muy recomendada a personas inapetentes, desvitalizadas y con tendencia a las digestiones lentas y pesadas.

Hepáticas: descongestiona el hígado y estimula su función, así como la de la vesícula biliar.

Depurativas: gracias a sus propiedades hepáticas, el ajenjo es una opción excelente para depurar el organismo, ya que este órgano es el encargado de limpiar la sangre y favorecer la eliminación de sustancias tóxicas.

Elimina los parásitos intestinales: por este motivo se recomienda hacer curas depurativas a base de ajenjo, al menos, una vez al año, sobre todo si se tienen mascotas en casa.

Afrodisíacas: tiene propiedades que pueden aumentar la libido tanto en hombres como en mujeres.

Trastornos menstruales: es excelente para las mujeres que sufren ciclos irregulares y otros trastornos relacionados con la menstruación.

Dolores: calma dolores de panza, articulaciones y muelas.

La manera más sencilla, económica y efectiva de tomar el ajenjo es por medio de infusiones y por cortos periodos de tiempo:

Si es un trastorno puntual podemos tomar dos infusiones a lo largo del día.

Si es un trastorno crónico o queremos hacer una depuración, se recomienda tomar dos infusiones diarias durante una semana, descansar otra y volver a repetir la toma de siete días.