Una multitud que se calcula muy superior al millón de personas tomó este domingo las calles de todo Brasil y exigió la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, que cada día parece más acorralada por una creciente crisis política y económica.

La jornada nacional de protestas convocada por grupos sociales asociados a la oposición dio una contundente muestra del malestar que existe en el país y reflejó la caída en picada de la popularidad de Rousseff, que recientes encuestas cifraron en torno al 10 por ciento, señala la agencia EFE.

La mayor concentración fue realizada en San Pablo, donde una marea de cientos de miles de personas copó una céntrica avenida al grito de "Fuera Dilma", que resonó con fuerza en todo Brasil.

Según los organizadores, en San Pablo participaron 2,5 millones de personas y otro millón tomó las calles de Río de Janeiro, donde las autoridades decidieron no difundir datos sobre asistencia.

En cualquier caso, sumadas las cifras oficiales que se conocieron en todo el país, los cálculos más conservadores apuntan que más de un millón de personas se sumó a las protestas, en las que no se han registrado incidentes de gravedad.

Aunque en todas las manifestaciones realizadas en cientos de ciudades se expresó apoyo a un juicio político contra Rousseff, el acto más simbólico ocurrió en Brasilia, donde unas 100.000 personas, según la Policía, se plantaron frente al Congreso en respaldo al proceso.

El juicio político contra la mandataria comenzó el año pasado y está suspendido por "errores de procedimiento" detectados por la Corte Suprema, pero deberá ser retomado por el Parlamento en los próximos días y ahora con la fuerte presión enviada desde la calle.

También contra Lula

Así como cargaron contra Rousseff, las protestas también se dirigieron contra su antecesor y padrino político, Luiz Inácio Lula da Silva, ridiculizado por miles de personas con unos muñecos que lo mostraban con traje de presidiario.

Lula ha sido acusado formalmente de delitos de corrupción, ya ha sido llevado a declarar a una comisaría y esta semana la Fiscalía de San Pablo pidió su detención preventiva, sobre lo cual la Justicia aún no se ha pronunciado.

Los manifestantes aludieron a eso y en casi todos los actos se escuchó un coro que decía "Lula ladrón, tu lugar es la prisión".

Las protestas también expresaron un claro respaldo a la lucha contra la corrupción y muchos de los participantes elevaron a los altares del descontento al juez Sergio Moro, responsable de la investigación de graves irregularidades en la estatal Petrobras.

La única respuesta prevista hasta ahora serán unos actos de apoyo a Rousseff que el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) ha convocado para el próximo viernes en todo el país, en rechazo a lo que consideran "maniobras golpistas" contra la mandataria.