Según detalla el documento, la sobrecarga del uso de la voz representa el 20 % de las enfermedades oficialmente registradas por el Sistema de Riesgo del Trabajo, y ante esta situación, el Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata advirtió sobre el riesgo que corren las personas que trabajan como telefonistas en los denominados "call centers".

"Las consecuencias de la sobrecarga del uso de la voz impactan sobre la salud del trabajador pero también sobre la calidad de los contenidos comunicados, que se traducen en que el cliente receptor reciba menor cantidad de palabras, volúmenes disminuidos y mala articulación", explicó Claudia Díaz, integrante de la Comisión de la Voz del Colegio.

Según detalló el informe, las alteraciones de la fonación comprenden desde la dificultad para producir sonidos al tratar de hablar, hasta cambios en el tono o calidad de la voz, que puede sonar débil, excesivamente velada, chillona o ronca.

Para evitar o atenuar esta alteración, la profesional recordó que "la normativa vigente en nuestro país contempla una variable para definir la exposición al riesgo de sobrecarga de uso de la voz al determinar que hay una exposición cuando el tiempo de trabajo supera las 13 horas semanales".

Díaz aseguró que en estos casos las acciones preventivas "son limitadas si sólo se enfocan en reducir el tiempo de trabajo vocal y nada más, al tiempo que entran en conflicto con los intereses y necesidades económicas de las empresas que dan este servicio".

Recomendó que ante la aparición de los primeros síntomas de sobrecarga de uso de la voz se consulte "inmediatamente a un profesión de la fonoaudiología para conseguir un enfoque más completo y eficaz de la prevención", de manera de "modificar el origen que predispone al problema".

Díaz explicó que "existe un límite fisiológico que es propio de cada individuo y que es necesario conocer para poder determinar qué nivel de riesgo tiene por altos volúmenes de llamadas".

La especialista platense sugirió a las empresas que se dedican a esta actividad "la entrega de guías de cuidados y recomendaciones vocales para sus empleados", y calificó como "significativo para el éxito preventivo una acabado conocimiento de las variables funcionales que protegen la voz como así también aquellas que la afectan".

"Además la educación y el entrenamiento fonatorio previo a comenzar a trabajar son claves e ineludibles para un trabajo de alta demanda vocal y del habla", informó.

La Superintendencia de Riesgos del Trabajo fijó en el listado de enfermedades profesionales la atención que deben recibir los trabajadores por disfonías derivadas de la sobrecarga del uso de la voz y en un Protocolo sobre Disfonías estableció para esta patología la intervención de una profesional en Foniatría y el reposo de la voz como parte importantes del tratamiento de rehabilitación, se detalló.

Hace un mes, una Cámara laboral porteña ordenó indemnizar con 200 mil pesos más intereses a una trabajadora "telemarketer" de una empresa de medicina prepaga que sufrió daños en su salud, entre ellos una disfonía grave, por atender hasta 200 llamados diarios en condiciones laborales inhóspitas.

La Sala novena de la Cámara, con las firmas de los jueces Roberto Pompa y Alvaro Balestrini, dispuso la condena a raíz de la "enfermedad profesional imputable al desempeño de las tareas denunciadas".

Fuente: telam.com.ar