Leonardo Fernández espera. Después de haber llevado de la mano a Central a sus tres primeras victorias en el campeonato, quedó mejor parado que ningún otro candidato a dirigir oficialmente a la primera división en 2018. Y el llamado de los dirigentes se producirá de un momento a otro.

De todos modos, y si bien existe total predisposición del parte del cuerpo técnico para poder cumplir el sueño de comandar al plantel profesional, Fernández le planteará a la comisión directiva ciertas condiciones (algunas, innegociables), por fuera de la cuestión económica, que también será analizada pero no será un obstáculo.
 

1- Congeniar un proyecto deportivo integral que abarque a todas las divisiones inferiores. El DT le dará especial preponderancia a los juveniles que viene dirigiendo desde la Reserva y tratará de promover a otros que vienen pidiendo pista de abajo.

2- Desprenderse (a préstamo o con una venta) de ciertos futbolistas costosos que no serán tenidos en cuenta y que tapan el acceso a la primera de esos juveniles que quiere promover. Dos con los días contados: Santiago Romero y Gustavo Colman. 

3- Armar una política de refuerzos acorde a las exigencias, pero sin gastos excesivos. En ese sentido, será crucial saber si logra clasificarse a la Copa Sudamericana, algo que podría ocurrir si este miércoles Independiente se consagra campeón de ese torneo ante Flamengo. Si eso sucede, habrá que atender dos competencias y se buscarán más nombres.

4- Sumar al club a ex jugadores que puedan aportar su mirada. Dos que son muy bien vistos por el DT y que les sugerirá a los dirigentes son José Chamot y Kily González. Su intención es armar un grupo de trabajo que atienda todas las necesidades de un plantel profesional.

5- No permitir que nadie se crea por encima del grupo. "Los caudillos conmigo no tienen lugar", se le escuchó decir. Por eso, junto a sus laderos Cuí Daniele y Pirulo Rivarola, buscará mantener la armonía grupal, con la humildad, el sacrificio y el trabajo silencioso como valores principales.