Pese a que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, prometió que el corralito no afectaría los depósitos, salarios y jubilaciones, los ciudadanos mayores recibieron un duro golpe este lunes al no poder cobrar sus pensiones por, supuestamente, un problema de logistíca. La medida, limita los retiros de dinero, entre otras medidas de control de capital, recuerda a las disposiciones implementadas en Argentina tras la crisis del 2001 por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo. Por ello, las recomendaciones del economista en su blog causaron este lunes también, mucha sorpresa.

Según informó EFE, en la sede del Banco Nacional de Grecia, en el centro de Atenas, pensionistas se desayunaron con la noticia este lunes que, en contra de lo que habían escuchado, todavía no podían retirar su paga.

"Hasta las cinco de la tarde no sabremos qué sucursales abrirán", les informaba un empleado que intentaba tranquilizar así a estas personas mayores, que habían escuchado que a partir del mediodía podrían cobrar.

El corralito impuesto excluye exprofesamente a los pensionistas de las limitaciones, y contempla la apertura de una serie de sucursales dedicadas exclusivamente a ello.

Este lunes debían, en principio, cobrar todos los jubilados que perciben las pensiones de la Seguridad Social; y este martes aquellos bajo las cajas de autónomos y agricultores.

"Es que yo no llevo ya dinero y no tengo más que una libreta, no tengo tarjeta", se quejaba una señora, coreada por otros hombres que se encuentran en la misma situación.

Las limitaciones decretadas por el Gobierno son draconianas para todo lo que se refiere a las operaciones en efectivo, pues limitan a 60 euros al día la retirada de cajeros y tan solo mantienen ilimitados los pagos con tarjetas de débito y crédito y las transferencias nacionales por internet.

El problema es que Grecia es un país en el que el uso de tarjeta no está ni mucho menos tan extendido como en otras naciones de la Unión Europea.

"Mi abuela desde luego no tiene tarjeta", explicaba un taxista para añadir que muchas pequeñas tiendas, sobre todo en la Grecia rural, no disponen de aparatos de lectura, por lo que nadie usa esta forma de pago.

La situación en los comercios, en cambio, era de aparente normalidad, dentro de lo que significa eso en Grecia, donde la crisis ha golpeado a todo el comercio, e incluso en las tiendas que no venden artículos de primera necesidad la afluencia parecía normal.