Habían pasado algunos minutos de las once de la noche y a pesar de que todavía no se conocían datos oficiales, el macrismo armó su gran fiesta. Primero tomó el micrófono María Eugenia Vidal y ratificó la idea de que “hay segunda vuelta en la Argentina”. Luego tomó la palabra Gabriela Michetti, que no podía quitar la sonrisa de su rostro. Todo para presentar al gran protagonista de la noche en el búnker de Costa Salguero: Mauricio Macri. “¡Qué noche!”, exclamó el candidato a presidente por Cambiemos apenas pisó el escenario, vestido de jeans y camisa celeste arremangada y acompañado de su esposa y su hija Antonia.

“Esto es mucha emoción, es mucha felicidad, y a uno le dan muchas ganas de agradecer”, arrancó Macri con la clásica escenografía de los globos y mientras se probaba la galera que el pintorezco “mago sin dientes” le ofrecía desde la tribuna.

“Lo que ha sucedido en el día de hoy cambia la política en este país”, siguió el actual jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Mientras tanto, en el recinto tronó el cántico “hay que saltar, hay que saltar, Mauricio Macri, al balotaje”.

“Los desafíos que nos esperan no son fáciles y simples, pero me tengo mucha fe”, expresó el ingeniero. “Estoy seguro de que trabajando en equipo vamos a encontrar las soluciones a las angustias que hoy pesan sobre nosotros”, añadió.

Después llegó el momento de los agradecimientos, y allí se destacaron dos protagonistas que escuchaban con atención mezclados entre el equipo del macrismo: Elisa Carrió y Ernesto Sanz. El momento de euforia dio para improvisar cantitos a favor de los dos.

De cara al balotaje del 22 de noviembre, Macri comenzó con su tarea de seducción de votos para tratar de ganarle a Daniel Scioli. “Les quiero agradecer a los que hoy me votaron pensando en que yo no era su mejor opción; les digo que voy a trabajar mañana, tarde y noche para ganarme su confianza”, sentenció.

Y siguió: “Les pido a los que votaron a Sergio Massa, a Margarita Stolbizer, a Nicolás Del Caño, a Rodríguez Saá, que se sumen a nuestro espacio que vamos a trabajar para tener el mejor país posible”.

En el final, y antes de que caigan del techo cientos de globos blancos y celestes y de que Macri empiece a ensayar su “bailecito”, el candidato que el disputará la presidencia al oficialismo arengó: “Hace mucho tiempo vengo diciendo que este día iba a empezar una revolución de alegría en la Argentina”.