"Fue un día largo pero inolvidable". Mauricio Macri subió sólo al escenario del búnker de Cambiemos en Buenos Aires y no podía –ni quería– ocultar la euforia, tras el gran resultado electoral que obtuvo en los comicios legislativos.

"Hoy confirmamos nuestro compromiso con el cambio. Es un compromiso en serio. Aspiramos a vivir mejor; a soñar y animarse a emprenderlo", dijo el jefe del estado. 

Y siguió: "Como argentino siento una profunda emoción de lo que estamos logrando juntos. Nos animamos, nos dimos cuenta de que podíamos. Hoy no ganó un grupo de candidatos ni un grupo de partidos. Ganó la certeza de que podemos cambiar la historia para siempre. Pero para eso tenemos que ponernos la misma camiseta", enfatizó.
Entonces pareció apuntar a Cristina Kirchner: "No tenemos otra agenda que trabajar para que todos los argentinos vivamos mejor. Acá no hay genios, no hay salvadores mesiánicos, no hay nadie a quien venerar. Queremos un país decidido a hacer las cosas bien".

Y entonces sí, vino lo esperado: "Sí se puede, sí se puede", gritó e hizo gritar al público. Después subió el resto de los dirigentes de Cambiemos y vinieron los globos y el baile.