El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, volvió a rechazar este sábado el decreto del gobierno de Estados Unidos que promovió sanciones contra funcionarios bolivarianos y declaró al país como una amenaza inusual y extraordinaria contra su seguridad interna, y convocó a su par estadounidense, Barack Obama, al diálogo.

Al hablar en la VII Cumbre de las Américas, que delibera en el Salón de Convenciones Atlapa (Atlántico-Pacífico), Maduro invitó a Obama, presente en el recinto, a "conversar", porque de lo contrario entenderá que el jefe demócrata trata con "desprecio" a Venezuela.

En ese sentido, le reclamó que EE.UU. "reconozca la soberanía de Venezuela, derogue el decreto y tome las medidas legales que correspondan para detener la maquinaria de conspiración contra Venezuela que se implementan desde Miami, Florida y Nueva York".

"Tenemos videos de los planes para matarme y dar un golpe de Estado que se encontraron en la embajada de EE.UU. en Venezuela; esto es inconcebible, presidente Obama", enfatizó, y reiteró que su gobierno "quiere la paz y quiere conversar". 

Dijo que trajo a la cita continental "más de 11 millones de firmas" de venezolanos y ciudadanos de otros países de la región que rechazan el decreto, y que esa posición fue compartida por la Unasur y la Celac.

Aclaró que los venezolanos "no somos antiestadounidenses, sino antiimperialistas", y hasta admitió su gusto por el guitarrista Jimi Hendrix, "sobre todo cuando tocó el himno de EE.UU. en el festival de Woostock. Fue su forma de oponerse a la guerra de Vietnam", recordó.

Para Maduro, Obama "ha cometido una agresión" con su decreto, aunque dejó en claro que el mandatario de EE.UU. "no es" como su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.

En un discurso plagado de citas a figuras históricas y con varias menciones a Hugo Chávez, juzgó que "no es suficiente" que Obama haya dicho que no considera una amenaza a Venezuela, por lo que debe derogar su decreto "amenazante", que calificó de "irracional y desproporcionado".