Un nuevo hecho de inseguridad este viernes en el centro de salud Luchemos por la Vida, de bulevar Segui y Perú, reflotó la situación que viven los profesionales de la salud. Aquel día uno de los pacientes del centro había amenazado a mano armada a los médicos porque su hermano fue detenido tras robar, presuntamente, el lugar. Una de las médicas contó entre lágrimas cómo se trabaja. “La situación nos superó”, dijo. Este lunes se reunían en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (Cemar) para evaluar pasos a seguir y pedir más protección.

Consultada por la periodista Evelin Machain de Radio 2, la pediatra Alejandra Fernández del centro de salud Luchemos por la Vida contó que el viernes por la mañana uno de los chicos que atienden por un problema de adicción, los increpó con un arma porque la policía había arrestado a su hermano, sospechado de haber robado el centro esa misma madrugada.

“Nos amenazaba que si al hermano le pasaba algo nos iba a tirar. Tratábamos de calmarlo pero era una situación muy extrema porque estaba completamente drogado y no entendía razones”, recordó Fernández que señaló que el muchacho “era conocido por todos” porque recibía tratamiento ambulatorio diario por su adicción a los estupefacientes.

Después de un par de horas de tensión, lograron tranquilizarlo y la policía lo detuvo. Desde entonces el centro de salud permanece cerrado y este lunes los médicos se reunieron en el Cemar para hacer un nuevo pedido formal por más seguridad en los hospitales, dispensarios y centros de salud.

“No me quiero ir (del centro de salud Luchemos por la Vida), nos necesitan –señaló Fernández entre lágrimas–; uno esta ahí por un rol médico y social. Pero se nos fue de las manos. La droga y la falta de contención familiar nos superó”.

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Alejandra Fernández (Radio 2)