Tras conocerse una investigación de la nueva administración del Pami, dirigida por Carlos Regazzoni, quien denunció la compra de medicamentos para afiliados muertos desde el 2013 cuyo costo ascendería a unos 500 millones de pesos anuales, desde el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB) celebraron la iniciativa pero advirtieron dos cuestiones: por un lado consideraron que es necesario “racionalizar el uso de fármacos” y por otro, que “los funcionarios políticos son parte de la corrupción” denunciada.

En diálogo con Radiópolis (Radio 2), Marcelo Peretta, doctor en Farmacia y Bioquímica de la Univeridad de Buenos Aires, secretario general del SAFYB, señaló: “Veníamos advirtiendo de recetas adulteradas, falsos datos de afiliados inactivos que en la práctica parecían activos. En general , siempre se nos recibías pero no se hacía nada, el nuevo titular del Pami encomendó una investigación más profunda”, señaló.

“No es la primera vez que nos enteramos de algo así, estos problemas son crónicos. Es una caja millonaria, el prespuesto de una provincia”, advirtió y sostuvo: “Los funcionarios son parte de la corrupción”.

Antes, en un comunicado de prensa, Peretta escribió sobre el Pami: “Aún con 20 mil empleados y 3200 millones de dólares de presupuesto anual, brinda buenos servicios ni mejora la calidad de vida de la gente. Con las herramientas tecnológicas disponibles se puede controlara los 5 millones de afiliados y 120 mil prestadores, pero se requiere decisión política para terminar con las recetas falsas, las prestaciones fantasmas,los afiliados muertos -pero activos-, los médicos que sobreprescriben y las farmacias que sobrefacturan”.

En este sentido, consideró que “con la receta electrónica y la firma digital de los profesionales intervinientes, se termina la trampa, y con un convenio directo con los prestadores farmacéuticos, se terminan los intermediarios que encarecen el medicamento y tienen conflicto de interés”.

Para el secretario, “el Pami también necesita un plan para racionalizar el uso de los fármacos, es decir que sean tomados cuando hacen falta y no porque su costo está cubierto. Seis millones de recetas mensuales que cuestan 200 millones de dólares es insostenible. La entidad debe cambiar un sistema basado en la venta de remedios por otro centrado en mejorar la salud”.

“El Pami debe enfatizar la atención primaria de la salud de los jubilados, y asegurarse que sus médicos prescriban fármacos necesarios, que sean los más efectivos, seguros y económicos, que sus farmacéuticos informen el uso correcto de cada producto dispensado y que los afiliados cumplan las indicaciones de ambos profesionales”, remarcó.

“El gasto en servicios de salud es creciente, lo que requiere mejor planificación y utilización de los recursos de las obras sociales. Es necesario abordar racionalmente el modo en que se prescriben, dispensan y utilizan los productos farmacéuticos, para evitar errores que generan más consultas y tratamientos médicos, nuevas enfermedades y muertes”, finalizó.

Envejecer no es una enfermedad

El Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos advirtió sobre el exceso de medicación entre los adultos mayores. “La creencia popular de que es posible mantenerse bien gracias al uso -y abuso- de los medicamentos debe modificarse, ya que el 20% de los ancianos sufre problemas relacionados con fármacos,mientras que en menores de 55 años solo el 10% los padece”, indicaron.

De acuerdo a lo que expresaron, las personas mayores sufren proporcionalmente más enfermedades crónicas y menos agudas y breves que las jóvenes, de ahí la necesidad de atender selectivamente sus problemas, ya que la pluripatología no siempre se resuelve con polifarmacia. Pero advirtieron que el envejecimiento no es una enfermedad sino un proceso fisiológico natural y dinámico, pero los mayores de 60 años consumen 3 veces más medicamentos que el resto dela población.

Los adultos mayores, en especial las mujeres de buen nivel educativo, son los más consumidores de analgésicos, expectorantes, cardiotónicos, sedantes, vasodilatadores periféricos y cerebrales, antiácidos y antidiabéticos, destacaron.

“La polifarmacia, o consumo simultáneo de 5 o más medicamentos, es riesgosa,ya que la absorción, distribución y eliminación de los remedios disminuyen con la edad. Existen cambios fisiológicos en la tercera edad que modifican la respuesta del organismo a los fármacos. La velocidad de conducción nerviosa disminuye 15%, el corazón en reposo pierde 30% de su fuerza de bombeo, la capacidad pulmonar disminuye a la mitad, la filtración renal baja 50% y la sangre que irriga el cerebro se reduce 25%”, precisaron.

Es por eso que pidieron suma prudencia “antes de recetar nuevos medicamentos a personas de edad avanzada ya que las concentraciones sanguíneas que éstos productos alcanzan son más elevadas en ancianos, lo que se traduce en efectos terapéuticos y adversos superiores, incluso en dosis habituales”.

Las estadísticas muestran que entre 15 y 20 por ciento de los adultos mayores ingresados a emergencias hospitalarias presentan efectos farmacológicos iatrogénicos debido al sobreconsumo de fármacos y al incumplimiento farmacoterapéutico. Por eso, “el médico que observe un nuevo síntoma en un anciano debe sospechar de efectos secundarios a medicamentos y no recetar nuevos productos para tratar los problemas causados por los remedios que el paciente toma.Por el contrario, los profesionales experimentados suelen eliminar la mayoría de los fármacos y, con frecuencia, el paciente mejora”, indicaron.

Los secundarismos, explicaron, son más frecuentes en ancianos varones de bajo peso, por eso hay que controlarles su índice de masa corporal, y en mujeres muy gorditas, por incremento de la absorción de fármacos.

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Marcelo Peretta (Radio 2)