La jornada más esperada de la primera semana del juicio a Los Monos fue la más corta y la más tensa. Cuatro imputados declararon. El más destacado fue Ramón Ezequiel Machuca, alias Monchi Cantero, que habló último. Al mismo tiempo, fue el único de los acusados que están detenidos que se sentó en la sala ubicada en el segundo piso del nuevo Centro de Justicia Penal.

A diferencia de las dos jornadas anteriores en las que lució camisas, esta vez Monchi eligió una remera a rayas gris y blanca, que dejaba ver su tatuaje en casi todo su brazo derecho.

También lució un jean celeste gastado y sus inconfundibles zapatillas azules. Lo sentaron a las 9.04, cuando todavía algunos abogados estaban pululando por el medio de sala. Le sacaron las esposas. Inmediatamente recibió una suerte de "coaching" por parte de tres abogados que se sentaron a su lado, rodeándolo en forma de U: Carlos Varela, Carlos Edwards y Fausto Yrure.

Después de que declararan Diego Cárdenas, Germán Herrera y Lorena Verdún, todos acompañados por sus defensores, fue su turno. A las 10.23 se sentó sólo y miró de frente al tribunal integrado por Ismael Manfrin, Marisol Usandizaga y María Isabel Más Varela. Algo nervioso explicó que no iba a responder preguntas de los fiscales Luis Schiappa Pietra y Gonzalo Fernández Bussy.

“Somos el chivo expiatorio del socialismo después de lo que dijo el diputado (Andrés) Larroque en el Congreso, que los trató de narcosocialistas. Desde ahí, la respuesta política fue armar una causa. Ahí entramos nosotros. Para mostrar «corte» que somos el mal de la provincia, que soy el monstruo más grande, como me pintaron”, comentó Machuca.

Para uno de los presuntos líderes de la organización narcocriminal, la causa que ahora está en juicio fue el resultado de “un pacto político entre los cuatro magníficos: el socialismo, (Luis) Paz, (Policía División) Judiciales y (el juez Juan Carlos) Vienna”.

“Hay viajes entre Vienna y Paz a Las Vegas. Yo conseguí ese tema (pruebas). También la prueba de la moto (del magistrado, a nombre de Luis Paz). Y otras más que se van a desarrollar acá. Si somos todos iguales ante la ley, a mí no me aceptaron pruebas. Pido que se acepte como testigo a la novia de Vienna y de Paz, que sostienen lo que yo vengo diciendo”, señaló.

Además, recordó una entrevista que otorgó al periodista de Buenos Aires Rolando Graña el 4 de abril de 2014 y las declaraciones posteriores del por entonces gobernador, Antonio Bonfatti. “Tengo 34 años y no tengo causas por narcotráfico. En cambio, el gobernador tendría que explicar cómo su (Chevrolet) Cruze llegó a manos de (Luis) Medina, que lo cambió por una chata que después recibió Bonfatti”, agregó.

“Sería bueno explicar cómo Medina pudo abrir un baile (boliche) como Esperanto, cómo llegó al permiso”, disparó Monchi Cantero.

La causa del millón

Uno de los presuntos líderes de Los Monos aseguró que policías de la División Judiciales le fueron a “vender la causa”. "Lo voy a mostrar con testigos. Si yo hubiese pagado un millón de pesos no estaría sentado acá”, concluyó.

“Otra cosa. Nunca maté ni mandé a matar a nadie. Ni di órdenes", expresó en relación a las acusaciones en su contra con respecto al triple homicidio de Francia y Acevedo –causa César y Alomar– y el de Lourdes Cantero.

Abreviado

Por último, afirmó que cuando él estaba prófugo su defensa recibió por parte de Fiscalía el ofrecimiento de un procedimiento abreviado por una pena de siete años en caso de entregarse. Contrastó ese supuesta oferta (que Fiscalía negó) contra la condena solicitada por el fiscal Fernández Bussy de 41 años de prisión efectiva. “Ni a Robledo Cruch (sic) le dieron tantos años”, finalizó al intentar referirse al asesino serial Robledo Puch.