Hay Navidades más alegres que otras. Sin dudas, la próxima será una de las más felices para Elsa Saint Girons, la abogada sanlorencida quien junto a su marido español, Juan González, y su pequeña hija Cayetana, de 30 meses, vivió una dramática historia, en 2012. Recién en enero pasado lograron cerrar por completo el conflicto legal generado en torno a la nacionalidad de la niña, nacida por un vientre alquilado en la India.

“Es nuestro primer viaje en familia a la Argentina, y significa una alegría muy grande, ya que hasta diciembre pasado Cayetana no tenía documentación española, y a pesar de que ya se había resuelto el tema de la nacionalidad, si salíamos del país, no podíamos volver a entrar con ella”, explicó Elsa, en diálogo con Rosario3.com.

Elsa, Juan y Cayetana pasarán las Fiestas de Fin de Año con tíos, primos y una importante cantidad de amigos, que siguieron de cerca el conflicto diplomático originado el 16 de mayo de 2012, en el hospital delhí Fortis La Femme (India), cuando nació la beba del vientre de una "madre de alquiler" india, una práctica permitida y común en el gigante asiático, pero ilegal tanto en España como en Argentina, aún después de la sanción del nuevo Código Civil, que no aprobó el procedimiento.

El problema se desencadenó a raíz de que en la India le dieron la posibilidad a los padres de que optaran por la nacionalidad de la beba y cuando la madre quiso inscribirla como ciudadana argentina en el Consulado de Nueva Delhi, le rechazaron el pedido con el argumento de que la nena no había nacido en territorio argentino. Tampoco España accedía a inscribir a la beba como ciudadana de ese país, a pesar de que su padre es español. Por eso, durante casi dos meses la criatura careció de nacionalidad.

Con las complicaciones propias de tener que establecerse provisoriamente en India, hasta que se solucionara el conflicto que les permitiera abandonar ese país, la familia de Elsa recurrió al Tribunal de Familia de San Lorenzo (su ciudad natal, en Argentina), a cargo del juez Marcelo Scola, quien ponderó “el interés de la menor y el derecho a la nacionalidad”, y en julio de 2012, dictó una media autosatisfactiva.

El magistrado ordenó a la Cancillería que a su vez le ordene a la Embajada en la India y al Consulado argentino en Nueva Delhi que inscribieran a la nena como argentina, ya que la madre, por ser argentina nativa, ejerció el derecho de opción de nacionalidad a favor de su hija.

“Gracias a esa medida y a la atención y contención que nos brindó el cuerpo diplomático argentino en el exterior –del cual estoy orgullosa– pudimos volver con Cayetana, a Madrid, nuestro lugar de residencia; pero allí no terminaron los problemas”, cuenta Elsa y alude a que si bien desde entonces, quedó reconocida la relación filial entre ella y la pequeña, España siguió negándose a darle documentación a la beba. Por esa causa, no le permitían acceder al seguro de salud ni a instituciones escolares de gestión pública, entre otras limitaciones.

“Recién a comienzos de este año, la Justicia española reconoció el reagrupamiento familiar y obtuvimos esa documentación, que nos posibilitó volar a la Argentina, sin riesgo de que nos impidan ingresar con la niña, a la vuelta”, señaló la madre, quien se estableció en la península ibérica en 2004.

“Lo volvería a hacer”

“Si alguien me dijera que tendría que volver a pasar por lo mismo para tener a mi hija, no dudaría ni un segundo en decir que sí, porque tenerla y verla crecer compensa todo el sufrimiento, la angustia, el dolor y la tristeza que vivimos tanto Juan como yo hasta que se solucionó el tema”, sostiene Elsa con firmeza y desliza que nadie jamás podrá saber todo lo que padecieron durante esos casi dos meses de exilio forzoso en India, llenos de incertidumbre y sin saber si podrían regresar a España, con su hija, algún día.

“Hice muchos esfuerzos para quedar embarazada –7 tratamientos y hasta me operé el útero– pero no lo logré; por eso optamos por el trámite de vientre subrogado, que es legal en India, sin imaginar las consecuencias que sobrevendrían”, cuenta emocionada y desliza que ya está escribiendo un libro donde relatará todos los detalles de esta historia, cuyo título sería “De tu vientre, mi amada India”.

Cayetana, de dos años y medio, “es un terremoto”, según su madre. “Habla bastante; le gusta muchísimo la música; es alegre, simpática y muy sociable”.

El precedente

Hace poco tiempo, se conoció una sentencia del Tribunal de Derechos Humanos que sancionó económicamente a Francia por negarse a inscribir a dos niños nacidos en las mismas condiciones que Cayetana. Según dijo Elsa, tras el incidente, y para evitar sanciones similares, “el Ministerio de Justicia de España evalúa modificar la Ley de Registro Civil”.

“Se nos acercaron abogados explicándonos que podríamos hacer juicio al Estado español por negarse durante tanto a tiempo a darle la documentación a la niña, pero nosotros no queremos seguir peleando nada más. Queremos vivir tranquilos”, aseguró Elsa, en una previa navideña distinta y mejor. Quizás, la más feliz de su vida.