Tres policías fueron condenados por el crimen de un joven de 20 años ocurrido en marzo del año pasado en Villa Gobernador Gálvez. El fiscal Adrián Spelta que intervino en la investigación, consideró que los efectivos no sólo incumplieron con sus deberes de funcionarios sino que utilizaron el arma reglamentaria para cometer un asesinato.

Ayer se conoció que los policías Roberto Pereyra y Nelson Canela fueron condenados a la pena de 20 años y medio de prisión, por los delitos de homicidio y lesiones agravadas por el uso de arma de fuego, en concurso real con tentativa de homicidio agravada" contra Gabriel Riquelme. En tanto, la agente Virginia Espinosa deberá pasar cinco años tras las rejas por "encubrimiento agravado e incumplimiento de deberes".

En contacto con Radiópolis, el programa de Roberto Caferra en Radio 2, el fiscal Adrián Spelta quien junto a su par Miguel Moreno intervinieron en el caso, consideró que “la condena (de los jueces Javier Beltramone, Raquel Cosgaya y Roxana Bernardelli) es la apropiada. Ellos no estaban cumpliendo sus funciones pero son personas que desde el Estado consiguieron elementos para proteger a los ciudadanos pero no sólo no cumplieron su cometido sino que le quitaron la vida a un joven de 20 años”, sostuvo.

“El único policía que habló es Luque González que manifestó que la persona que falleció exhibió un arma dentro del vehículo. Sólo por eso, iniciaron una persecución sólo por eso”, señaló en referencia a los dichos de un cuarto policía que fue condenado el año pasado a tres años de cárcel en suspenso, e inhabilitación especial por seis años, por incumplimiento y encubrimiento agravado.

De acuerdo a lo que informa hoy el diario Rosario12, la acusación fiscal indica que los tres policías condenados ayer junto con el sentenciado Luque González, comenzaron una persecución hacia el Chevrolet Celta en el que viajaba Riquelme con cuatro amigos, desde Rosario a Villa Gobernador Gálvez. Eran las 5.30 de la madrugada, y los acusados iban vestidos de civil, en el auto particular de la agente Espinosa. Actuaron sin identificarse y con las luces del vehículo apagadas. La persecución comenzó en VGG y continuó hasta Pueblo Esther. En ese trayecto, el Fiat Palio era conducido por el oficial Canela, con Pereyra como acompañante. El primero le pasó su arma reglamentaria al acompañante y este comenzó a disparar.

Riquelme viajaba en el asiento trasero del auto perseguido y recibió dos disparos: uno en la mejilla y otro en el hombro izquierdo. Además, en el hecho fue herida una amiga suya.

En tanto, Luque González intentó comunicarse dos veces con el 911, desde el asiento trasero del Palio, donde además, Espinosa iba dormida, tras haber bebido alcohol, según ella misma declaró.

Tras el hecho, los responsables huyeron y los ocupantes del Celda fueron directo al Hospital de Emergencias para que atendieran a los heridos, pero Riquelme no logró salvar su vida.

No contentos con eso, los efectivos se presentaron ante sus superiores del Comando Radioeléctrico de VGG, más de 24 horas después, y entregaron el auto, tres celulares, sus armas (una con el cañón adulterado) y placas. Recién entonces quedaron detenidos y fueron imputados. Justificaron que los jóvenes iban armados y que ellos dipararon "al aire".

Tiempo después, Luque González quiso hablar y arrojó luz sobre lo ocurrido. Dijo que no participó en la balacera, y que mientras se producía la persecución, por parte de sus compañeros, llamó al 911 pidiendo auxilio, a la vez que describió el accionar por el que ayer fueron condenados los otros tres policías.

En tanto, en marzo pasado -a un año del crimen-, la agente Espinosa pidió ampliar su declaración. "Soy inocente. Yo no tuve intención de matar a nadie", dijo. Aseguró que iba dormida, que se despertó en Pueblo Esther y disparó "un par de veces al suelo", pero que se sentía "en una nebulosa", ya que había bebido mucho alcohol. Además, dijo que se enteró de la muerte del chico al día siguiente.

Spelta confirmó que los condenados serán “alojados en el penal de Piñero con un trato diferencial porque ellos cumplieron tareas como policías y juntarlos con el resto podría traerle inconvenientes”.