¿Cuántas veces sentiste que no das para más? Ni tu cabeza ni tu cuerpo pueden soportar el peso de tus pensamientos. El trabajo, la vida cotidiana, las preocupaciones personales... todos son factores que pueden contribuir al aumento de tus niveles de estrés.

Hay quienes llevan esta presión al extremo y, finalmente, terminan por desarrollar síndromes de estrés crónico que pueden producir problemas de saludimportantes, tanto físicos como mentales. Desde un bajo nivel de defensas en el cuerpo al insomnio, pasando incluso por afectar a tu sistema digestivo.

Afortunadamente, el cuerpo humano es una máquina muy bien engrasada y, antes de llegar a un grado de estrés crónico preocupante, te enviará señales para que te des cuenta de que ha llegado el momento de bajar el ritmo. 

1. Dolor muscular

Cuando estás estresado la tensión se acumula en los músculos y se pueden producir lesiones. Así que, si notás esto, quizás es hora de intentar rebajar un poco el ritmo y sacar tiempo para descansar un poco.

2. Dolor de cabeza

Sí, la tensión también se acumula en la cabeza y te produce esos dolores que pueden incluso nublarte la vista. ¿Nunca has tenido esa sensación de ni siquiera poder pensar? Intentá hacer algunos ejercicios de relajación y seguramente dejarás de notarlo.

3. Mucha sed

Cuando tu cuerpo segrega muchas hormonas del estrés se pueden ver afectados los niveles de fluidos del cuerpo. Por ese motivo, cada vez que estás muy estresado no podés parar de beber de la botella de agua que guardás en tu mesa para dar un trago a cada rato.

4. Mucho sudor

Al igual que podés beber mucho, también podés experimentar hipehidrosis o transpiración excesiva. Es un síntoma de estrés elevado, prácticamente de ansiedad. Tratá de respirar hondo y relajarte de forma inmediata si eso te ocurre.

5. Adiós al pelo

No es que vayas a perderlo todo, pero es cierto que en las épocas de mayor estrés es posible que te des cuenta de cómo en tu cepillo queda más cabello del habitual. Si empiezas a notar que es algo demasiado continuo deberás visitar a tu médico.

6. Visitas el baño con frecuencia

Los problemas estomacales que puede provocarte el estrés van desde los calambres hasta las ganas de ir al baño casi constantes. Esta es una señal de que tu estrés está alcanzando un nivel bastante alto, así que tratá de encontrar un momento para relajarte antes de sufrir problemas digestivos más graves.

7. Perdés o ganas peso

El peso puede ser algo que varíe de día en día. Pero lo cierto es que, si se producen cambios drásticos de peso, puede que sea una señal de que el estrés al que estás sometido sea demasiado.

8. Pérdidas de memoria

Es cierto que no todas evidencian un estrés grave pero, si se producen de forma repetida, intenta relajarte. Son muchas las técnicas que puedes probar, desde la meditación hasta simplemente respirar hondo y escuchar algo de música relajante. Será mejor que las pongas en práctica antes de que desarrolles un estrés crónico que haga esas pérdidas mayores.

Fuente: Universia Argentina