Un reclamo desde España tuvo luz verde en Rosario. Tras casi una década en Europa, una madre rosarina decidió volver con su hija a la ciudad en abril pasado. Se había divorciado de un hombre, supuestamente violento, y ya sin residencia legal en el país, tuvo que vivir un tiempo de la beneficencia hasta que logró subirse a un avión. Ahora el padre reclama a la nena de regreso y la Justicia santafesina le dio la razón, pero la mujer asegura que se marchó con su consentimiento.

En diálogo con Radiópolis, Luciana contó el difícil momento que vive desde que la jueza del Tribunal de Familia Nº 7, Valeria Víttori, le ordenó que regresara a España, de donde se había ido tras sufrir la violencia de, por entonces su marido.

Divorciada, sin residencia –y por ende sin poder encontrar un trabajo y acceder al sistema de salud–, quedó a su cargo la chiquita de 7 años de la pareja ya que el padre aún debía dar cuenta de la acusación por violencia de género.

Sin dónde ir y cansada de vivir de la caridad de la Iglesia, decidió armar las valijas y tomar el primer avión a la Argentina. Pero a poco de llegar, desde España llegó otra acusación, el padre la había denunciado por secuestrar a la nena.

“La nena no está secuestrada, está escolarizada. Con sus abuelos paternos y primos”, llamó la atención Luciana. Y es que su ex marido también es rosarino; tiene la doble ciudadanía.

La mujer explicó que, de acuerdo a las leyes españolas, la guarda de la nena es suya. “En el juicio de divorcio solicité venirme acá y establecerme. No tengo sentencia que no me permita salir del país”, se explayó y aclaró que cuenta con un poder, firmado por el padre de su hija, que le permite viajar con la nena.

“(De lo contrario) la guardia española me hubiera detenido ahí mismo en el aeropuerto”, llamó la atención.

Sin embargo, la jueza Víttori entendió el caso de otro modo. Aplicó la Convención sobre Aspectos Civiles de la Sustracción Internacional de Menores y en ese marco destacó que si bien la legislación española atribuye la custodia y guardia a uno de los progenitores, ese derecho no basta para que ese padre conviviente decida unilateralmente cambiar la residencia habitual del niño. Ordenó entonces su reintegro inmediato para que sea el juez natural el que decida cuestiones de fondo.