Tras el delfín muerto a manos de un grupo de personas que pugnaban por una foto, ahora se suma un nuevo caso de "violencia humana". Esta vez fue una mujer la que puso fin a la existencia de un cisne con la misma intención que los visitantes de la playa de Santa Teresita: sacarse una foto
El hecho ocurrió lejos del Mar Argentino, en las costas del lago Ohrid, en Macedonia.
La mujer forzó al animal: lo arrastró hasta la orilla para tomarse las fotos, sin importar las consecuencias.
La gente que presenció el hecho contó que el cisne no se asustó cuando vio que la mujer se acercaba porque están acostumbrados a la presencia de personas en el lugar, señala Macedonia Online.
Pero con los humanos nunca se sabe.