Un coche bomba mató al menos a 28 personas e hirió a otras 61 en Ankara, la capital de Turquía, al explotar al paso de un convoy de vehículos militares, en el quinto atentado en siete meses en un país convulsionado por el conflicto con los kurdos y la guerra en la vecina Siria.

La agencia privada de noticias Dogan y la agencia semiestatal Anatolia, citadas por la cadena CNNTurk, aseguraron que el coche bomba estalló a las 18.35 hora local (13.35 de Argentina) al paso de tres micros que transportaban militares a una casa cuartel, pero la información no fue confirmada oficialmente.

El viceprimer ministro y portavoz del ejecutivo turco, Numan Kurtulmus, informó que se trató de un "ataque contra toda la patria" y destacó que entre los 28 fallecidos había soldados y civiles, aunque no precisó cuántos son ni atribuyó el atentado a ningún grupo.

El ataque ocurrió en la barrio de Cankaya, donde se encuentran numerosas instalaciones militares, a muy poca distancia del cuartel central de las Fuerzas Aéreas turcas y del Parlamento.

Un comunicado del ejército turco condenó el "despreciable ataque" y precisó que los vehículos fueron atacados cuando los micros se detuvieron en un semáforo.

La policía y una veintena de ambulancias se acercaron al lugar de la detonación, donde los agentes del seguridad impedían el paso a la prensa.

Numerosos testigos compartieron imágenes en las redes sociales que muestran una gran columna de humo que se eleva hacia el cielo en pleno centro de la capital turca.

El ministro de justicia, Bekir Bozdag, afirmó en Twitter que el ataque fue un "acto de terrorismo". 

Mientras que el primer ministro Ahmet Davutoglu, quien se encontraba a punto de partir a Bruselas para mantener reuniones con sus pares europeos, canceló el viaje, informó su oficina mediante un comunicado.

La cúpula del Gobierno, del Ejército y de los servicios de inteligencia de Turquía mantendrán una reunión de seguridad en el Palacio presidencial en Ankara, informa la prensa local.

Davutoglu participará en ese encuentro, entre otros, junto al presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, quien suspendió una visita prevista para mañana en Azerbaiyán.

Hasta el momento, nadie se atribuyó la responsabilidad por la explosión. Rebeldes kurdos, el grupo Estado Islámico (EI) y un grupo extremista de izquierda recientemente llevaron a cabo ataques en el país.

Los ataques con explosivos contra convoyes militares son una de las tácticas habituales del ilegal Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda.

Sin embargo, esta guerrilla suele actuar en el sureste de Turquía y sería la primera vez que lanza un ataque de este calibre en pleno centro de la capital turca, recordó la cadena Al Jazeera.

El dirigente del partido izquierdista y prokurdo HDP, Selahattin Demirtas, condenó el "despiadado ataque", ofreciendo sus condolencias a los familiares de las víctimas.

Quinto atentado

Este es el quinto atentado ocurrido en Turquía desde junio del 2015.

El 5 de junio, dos bombas explotaron en un acto del partido izquierdista prokurdo HDP causando cuatro muertos y 153 heridos en Diyarbakir, ciudad situada en el este del país y de mayoría kurda.

Otra masacre tuvo lugar el 20 de julio cuando un atentado suicida contra una asamblea de jóvenes activistas prokurdos en Suruc, cerca de la frontera con Siria, dejó 34 muertos y 100 heridos.

Ambos ataques fueron atribuidos por las autoridades al grupo yihadista EI.

El 10 de octubre se produjo uno de los peores atentados en la historia de Turquía, con 102 muertos por un ataque suicida frente a la estación central de trenes de Ankara durante una marcha por la paz.

Mientras que el 12 de enero un ataque suicida dejo 10 muertos y 15 heridos en el barrio de Sultanahmet, corazón turístico de Estambul.

El atentado de este miércoles tiene lugar en un momento tenso cuando el gobierno turco se enfrenta a una serie de retos. 

Un frágil proceso de paz con los rebeldes kurdos se derrumbó en julio pasado y desde diciembre las fuerzas de seguridad turcas participan en operaciones a gran escala contra los militantes kurdos en el sureste del país, imponiendo toques de queda durante semanas y sitiando ciudades en la región kurda, donde los combates obligaron a miles de civiles a desplazarse a otras zonas.

Asimismo, Turquía participa de la coalición internacional liderada por Estados Unidos para combatir a los yihadistas del EI en la vecina Siria.

Entretanto, la guerra de Siria se está librando a lo largo de la frontera sur de Turquía. 

A inicios de febrero, ataques aéreos realizados por las fuerzas rusas y sirias llevaron a decenas de miles de refugiados sirios a huir a la frontera de Turquía. 

Hasta ahora Turquía se negó a permitir el ingreso de los sirios, a pesar del reclamo de las Naciones Unidas y los países europeos, pero en contrapartida creó campos de refugiados sirios justo al otro lado de la frontera.

Turquía, que ya alberga a 2,5 millones de refugiados sirios, también fue un elemento clave de los esfuerzos de la Unión Europea (UE) para detener el mayor flujo de refugiados hacia el continente desde la Segunda Guerra Mundial. 

Cientos, a veces miles, de refugiados salen todas las noches desde Turquía hasta cruzar el mar a Grecia en modestas embarcaciones.